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Solo hubo mucho silencio, ahora lo que le preocupaba a Jisoo es si Jennie podía ver a la joven con la que hablaba. Ella seguía caminando por su habitación mientras que el querubín estaba sentada cruzada de pierna y sus manos apoyadas sobre la cama.

Le parecía muy exagerado lo que hacía el humano, de algo pequeño lo hacía grande.

Sé mantuvo en silencio, no quería estorbar en el pensamiento de Jisoo así no se enojaba con ella.

—Creo que deberás quedarte en mí habitación cuando estemos aquí en casa —Jisoo rompió el silencio.

—Ahh ¿Por qué? —dijo con frustración.

—Porque si, debo cuidar...—hizo una pausa —tenemos que evitar problemas.

La rubia la miró con tristeza y unos pequeños brillitos comenzaron a caer sobre el ángel.

—No quiero quedarme aquí, tu familia es hermosa —dijo — quiero salir y protegerte a ti. ¡Ohh! No sabía que podía hacer eso.

Dijo sin pensarlo y Jisoo levantó sus cejas sorprendida y aclaró su garganta.

—¡Este sábado es la fiesta! —comenzó aplaudir rápido intentando cambiar de tema, el ángel trataba de atrapar los brillos que ella misma producía —estoy emocionada.

Suspiró.

—Eso es notorio, estamos a mitad de semana —se acostó mirando el techo —¿Cómo irás vestida?

—No tan provocativa. Además habrá mucha gente —se sentó a su lado.

—Yo no iré, creo que no me necesitas —dijo.

—Tal vez si —la miró —debes largar la flecha a la persona con la que iré.

Hubo silencio por parte del ángel y sonrió.

—No lo vas a necesitar. Enserio, todo esto lo has conseguido tú misma en poco tiempo —le habló con felicidad pero en realidad ella no quería usar una flecha —vas a saber bien que hacer. No le temas a nadie, él se enamorará de ti con solo oír tu sonrisa.

Jisoo se sonrojo. El ángel prosiguió.

—De eso se trata el amor, la amistad. Sé empieza conociendo a la persona es por eso que te escoje, no vas a necesitar mis flechas —la castaña asintió.

—Espero no hacer un papelón —ambas sonrieron —todo puede pasar en esa fiesta.

—Solo debes estar segura de ti misma —añadió —no hay porque temer, sigue a tu corazón.

Ambas movieron la cabeza quedando frente a frente ya que Jisoo se había acostado a su lado.

Los ojos del ángel cambiaban de color constantemente y Jisoo le sonrió.

—¿Cuando podré tocar tus alas? —consultó.

—Algún día, te lo prometo —respondió, su voz había salido ronca.

Al día siguiente Jisoo se encontraba sentada en su lugar escuchando música y a la vez armando un rompecabezas todos sus compañeros hablaban entre si sobre el baile de San Valentín; el ángel se encontraba sentada frente a Jisoo con el mentón apoyado en su mano y observaba cómo la menor armaba aquello.

Hasta que unos de sus compañeros apoyo un balón sobre la mesa y desarmo el puzle que ella estaba armando, todos voltearon a ver.

—¡Hola loquita! —dijo este —¿Con quien irás al baile?

—No iré —dijo en seco.

—Ohh, nadie te invito. Es eso —comenzó a reírse de ella.

Al parecer a Jisoo le dio lo mismo que se burle así que lo ignoro por completo pero su compañero no la dejaba tranquila, el ángel estaba perdiendo la paciencia.

—Déjame armar esto —musitó —vete a molestar en otra parte. Ve a invitar a alguien para el baile.

Jisoo no lo miraba y el querubín protector observaba con lujo de detalle al muchacho. Este siempre la molestaba.

—¿Quieres ir conmigo al baile? —preguntó, Jisoo dejo de armar el rompecabezas y el querubín la miró con sorpresa. Todos quedaron boquiabierta pero eso al muchacho no le importo, mantenía su postura.

—No le aceptes la invitación —dijo la rubia.

—¿Me vas a responder? —preguntó.

—Ya te dije que no iré —volvió a decir —y más contigo.

El rechazo lo hizo sentir mal al muchacho aquel, la más baja prosiguió con lo que estaba haciendo. El resto de los presentes murmuraban por lo bajo.

Su compañero tomo nuevamente la pelota y la apoyo fuerte sobre las piezas de cartón desarmando lo que había armado. La castaña apoyo las manos sobre el borde de su mesa.

—¿Piensas que no te mueres por qué venga alguien y te invité al baile? —preguntó con un grito. La menor cerró sus ojos y presionó con fuerza su mandíbula.

—¡La broma te salió mal entonces! —exclamó con tranquilidad y eso lo hizo enojar a Sang Lee, el adolescente parpadeó rápido un poco con sorpresa; el pelinegro hizo un pequeño movimiento como si iba a golpear a Jisoo pero está sin pensarlo se levantó con brusquedad de su silla y se puso frente a Sang.

A tener menos altura que él, él solo miraba hacia abajo, trago saliva al tener tan de cerca a Jisoo. La rubia se paró también, quedó cerca de este par.

—No me das miedo —dijo.

—Yo menos te tengo miedo y ha ninguno de ustedes que me molestan. Será mejor que dejen de hacerlo por su bien —la rubia le sonreía con orgullo. La niña se supo defender—ahora déjame en paz.

Finalizó Jisoo y volvió a lo que estaba haciendo. Sang Lee quedó parado en el mismo por unos escasos segundos, se giró y camino hacia el frente donde estaba su lugar y se mantuvo cabizbajo después de lo que pasó.

El timbre de ingreso había sonado y todos comenzaron a ingresar haciendo más ruido de lo normal.

Jisoo miro al frente y vio sentada a su ángel quien también la estaba mirando y le guiño un ojo haciéndola sonrojar hasta las orejas.

—Buenos días jóvenes —dijo la profesora.

—¡Buenos días! —todos saludaron en coro incluida la rubia.

La docente comenzó a hablar y explicar algunos contenidos de la historia egipcia. Hablaba y escribía en el pizarrón; la mayoría de los alumnos tomaba apuntes y otros oían detenidamente, excepto Jisoo quien se estaba durmiendo y bostezaba seguido.

—¡Te vas a tragar a todos tus compañeros de tanto bostezar! —dijo casi en un susurró el ángel.

—Tengo mucho sueño —respondió Jisoo y apoyo su cabeza sobre sus cosas y se durmió sin decir más nada. La clase avanzo con normalidad la rubia escuchaba la clase por el humano.

Unos minutos después

La clase estaba por finalizar, Jisoo dormía a gusto.

—¡Debes despertar! —alguien la movió —Jisoo.

—¡Ahh! —pego un grito fuerte y cayó al suelo. Toda la clase comenzó a reír de ella —lo siento.

Dijo con timidez y se sentó de nuevo.

—¿Estás bien? —preguntó la más alta.

—No se porque pero por alguna razón tu voz fue tenebrosa —hablo bajo y el ángel levantó sus cejas —por eso fue que me asusté.

Todos comenzaron a salir del curso menos ella.

—Estabas soñando, es común tener pesadillas —comentó —lo importante es que solo fue un sueño.

Le dio una cálida sonrisa y la adolescente bajo su mirada porque estaba pensativa porque esa voz habia sido muy real.

—En fin, ya terminó la clase —suspiró con alivió.

—Pero dormiste gran parte de ella —comentó y Jisoo la fulminó con la mirada —solo era broma, vamos al patio mejor.

Fingió una sonrisa y caminaron hacia la salida. Pero ambas mujeres miraron a Sang quien tenía la cabeza escondida entre sus brazos. Pero no le dio importancia ya que se merecía que lo rechace por todas las veces en la cual él siempre se burló de ella.







Enamorándome de un ángel llamado Cúpido [Chaesoo] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora