A medida de que una persona crece transita por distintos lugares, por distintos motivos que lo marcan de por vida.
Es ese procedimiento el que te enseña lo qeu es bueno y lo que es malo, lo que es recomendable, lo que deberías hacer y quien en reali...
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-Mami –la castaña se remueve, apretando la almohada con su brazo para esconder su rostro en el interior- Mami, mami... mami, despierta –el preadolescente de mirada oscura comienza a sacudir los hombros de su progenitora, retirándole las mantas de encima, un bufido escapa de los labios contrarios mientras se hundía aún más en la almohada.
Quizás si fingía estar muerta el pequeño se iría.
-Mami, mamá, mami... ¡MAMÁ!
-Por la mierda de Jesucristo, Balder ¿Qué corno te pasa? –Cuestiona con seriedad la mujer de cabellos castaños, rindiéndose para finalmente abrir los ojos- ¿Ah? ¿Te heriste? ¿Paso algo?
-Buenos días–le saluda el niño, la mujer pone sus ojos en blanco como respuesta, dejando un rápido beso en la frente de la criatura a modo de respuesta
-¿Para qué me despiertas, criatura?
-No es por mí, es por Daryl –explica, la mujer eleva una ceja, preocupada- esta raro
-¿Daryl esta raro? –repite entonces, tomando asiento sobre el suelo de la carpa- cuando decimos que Daryl está raro, cariño, ¿a qué nos referimos?
-Bueno, viste que Marle salió con el otro grupo ayer a la noche hacia la ciudad por suministros ¿verdad? –La castaña asiente, indicándole a su hijo que continuara con el monologo- bueno, han pasado varias horas y no regresan entonces creo que está nervioso, Shane dice que es normal que se demoren, que incluso podrían demorarse un día o dos en regresar pero Daryl esta raro.
-Está preocupado –le corrige con suavidad su madre, sujetando el pequeño cuerpo del niño para besar su mejilla- muchas gracias por venir a decirme, mi niño. Perdón por regañarte
-No importa, es como Marle dice, cuando hay que despertarte das miedo.
-¡Bal!
-Pero aun así te amo –el castaño sonríe ampliamente, sintiendo los brazos de la mujer rodeándole y moviéndose para dejar un rastro de cosquillas por todo su cuerpo –iré a preparar el desayuno de Yori, así no te preocupas por nosotros ahora.
-Eres el mejor hijo del mundo –le declara la mujer depositando un sonoro beso contra su frente, el menor suelta una risa antes de removerse un poco más, alejándose.
Daryl ladea la cabeza ante el sonido de una suave pisada rompiendo una rama, justo a tiempo para poder observar a cierta mujer de cabello castaño recogido en un rodete que se aproximaba por su espalda, dispuesta a asustarle si su propio caminar no la hubiese delatado.
-¿Asustarme? ¿En serio? –Cuestiona el hombre, elevando una de sus cejas- ¿volvemos a tener trece años, Ardilla?
-Puede ser, la vida a los trece era más fácil –acepta la mujer con resignación, dejándose caer a su lateral- ¿Quieres salir a cazar, Dixon?
