A medida de que una persona crece transita por distintos lugares, por distintos motivos que lo marcan de por vida.
Es ese procedimiento el que te enseña lo qeu es bueno y lo que es malo, lo que es recomendable, lo que deberías hacer y quien en reali...
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-mamá, madre –Mavis se remueve en su bolsa cama hundiéndose en el interior de la misma, sentía que todo su cuerpo dolía y pesaba al mismo tiempo, lo último que quería era que Balder estuviese allí, de verdad necesitaba estar un tiempo a solas de todo- mami... ¿estás bien?
La mujer cierra los ojos un momento antes de girar para poder enfrentar al joven castaño que le brinda una mirada brillando en preocupación, un pequeño mohín escapaba de su labio inferior. Sí, no importaba como se sintiese ella, lo principal era que su hijo estuviese bien.
No importaba si todo a su alrededor se derrumbaba, no mientras tuviese a Balder y Sayoris allí.
-Si mi vida –responde con dulzura, sujetando la mano de la niña para depositar un beso en el interior- ¿Qué pasa? ¿Para qué venias?
-¿Puedo preguntar algo?
-Puedes preguntar lo que quieras
-¿Puedo ir a la ciudad para buscar al tío Marle? Harán un grupo de expedición y... -la castaña de rizos se remueve, negando con la cabeza con firmeza- pero escucha, tengo doce años, sé usar armas e iré con adultos, sabes que Marle es mi tío, yo solo quiero poder...
-Que no, Balder- le interrumpe la contraria, el preadolescente guarda silencio- No irás a la ciudad.
-Pero dijiste que cuando fuera mayor... ¡Ya tengo doce años! –El castaño deja escapar un grito de frustración, la mujer lleva las manos a su rostro- si tú quieres quedarte a jugar a la casita en este campamento está bien pero yo quiero salir a buscar a mi tío y no deberías poder decirme que hacer.
-Claro que puedo decirte que hacer, Balder, porque soy tu madre- le corrige con seriedad la mujer de mirada profunda, el niño suelta un bufido ante ello- y te dije que no. Hoy no irás a la ciudad.
-... ¡Siempre es "Hoy no" contigo! –grita el joven de cabellos oscuros mientras se levanta, saliendo de la carpa con una facilidad asombrosa.
En otro contexto Mavis hubiese corrido detrás de él, lo hubiese buscado para llenarlo en besos y abrazos aunque no le gustará, para consolarlo antes de que se hiciese una idea equivocada o tomará una idea estúpida; Sin embargo, en aquel preciso instante se sentía incapaz, todo su cuerpo dolía y pesaba como si un elefante se le hubiera sentado encima.
Dolía, dolía tanto... los recuerdos del pasado se mezclaban con los de Daryl, el miedo por el estado de Marle ahogaba la decepción que sentía por las palabras del ballestero y todo junto lograban hacer que su corazón tiemble de una forma dolorosa, ejerciendo tanta presión que dudaba si podía respirar o no.
Estaba agotada.
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