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Los pies de la niña de rizos chocolates se detiene, sus ojos celestes escaneando al niño de enfrente con algo de duda dibujada en su mirada, sabía que Mavis le había recomendado no intervenir porque a veces ella era muy franca y un poco cruel, sin embargo... lo reconocía, era Sam, parecía tan triste y desamparado con sus ojitos clavados en el césped de Alexandria, una sombra de oscuridad lo cubría silenciosamente. Sabía que seguramente escapo de casa otra vez, Ron cada vez estaba más molesto y arisco, su madre intentaba sobrellevar la situación pero era complicada y, al final del día, él estaba solo.

Se resigna finalmente, tomando asiento a un lado del pequeño que solo la observa de reojo.

-Mamá dijo que a Mavis le paso lo mismo y ella estaba bien –la castaña no responde, ladeando la cabeza- ¿tu papá también te golpeaba?

-No lo sé, mi papá es Daryl. Él jamás me golpeo... -claro que no, Daryl solo la había cuidado y le había dado amor, por eso él era su padre, no importaba nada más. La mirada del niño se endurece- pero Steve, la otra pareja de mi mamá, no era bueno, Balder siempre llora mucho cuando lo recuerda. Por suerte está muerto

-Sí, Pete también lo está. –no lo llamaba papá, era un inicio, la cosa era saber si se trataba de algo positivo o negativo.

-Steve era un mal tipo –indica otra voz masculina con seguridad, los niños levantan la cabeza para fijarse en James, vagamente sorprendidos de su aparición- era mi papá. Lo odiaba. Es una suerte que este muerto, créeme, el dolor pasa y eso si es que siquiera te duele. Sino no hay nada, y nada es mejor que lo otro.

El hombre rubio acelera el paso para alcanzar a las otras dos mujeres, su mano extendiéndose para tomar la caretilla con herramientas que Maggie empujaba con ímpetu.

-Permiso señorita, permitan que les ayude. –Maggie le dedica una sonrisa amable, dejándole los utensilios mientras el hombre continuo- Aun hay que poner algunos paneles pero se podrá cultivar, será increíble aunque dolerá todo al inicio pero en invierno tendremos la mejor sopa del condado.

-De eso no tengas duda, Tony es granjero y yo lo fui mucho tiempo.

-Sobreviviremos, terminaremos la expansión y levantaremos los muros como Reg deseaba, como tú deseas. –el rubio continua con emoción, Maggie asiente un par de veces- ¿O eso cambio?

-Es por ti que esta comunidad existe y aun necesitan que estés de pie, Deanna. –Maggie extiende una de las palas hacia la mujer- Ten, hagamos la huerta.

-A veces creo que lo único que quiero es irme, ya perdí a Reg, perdí a mi hijo. –La mujer habla con cierto grado de pesimismo sobre la realidad- No quiero seguir perdiendo cosas

- Todos creen que morir te enseñan algo de la vida pero se equivocan –el hombre interrumpe, la mirada de la anciana se fija en él- la única manera de aprender sobre la vida es viviendo; A veces los momentos son complicados, a veces son hermosos o aterradores o simplemente raros pero son todos tuyos, vivir no es fácil pero si logras superar los miedos y las expectativas de los demás, la recompensa es tu vida. Y estas viva, Deanna, y es por algo.

Ojala, claro, fuese tan sencillo decirlo como hacerlo. Era fácil decir que vivir era una experiencia que podía llegar a ser hermosa, lo complicado es hacerlo.

-Odio el sol –Carl se queja sin siquiera dudarlo, a su lado el niño de mirada oscura suelta una sonrisa

-¿Y por qué no usas tu sombrero? –cuestiona con algo de diversión, el pequeño levanta la mirada como si buscara el borde de su sombrero

-Quedo en casa, olvide sacarlo. –Acepta finalmente tras unos segundos de calma- ¿Quieres empujar el carrito de Judith mientras lo voy a bus...? –pero la pregunta se detiene, sus ojos celestes fijándose en un costado, Balder también se detiene para seguir su mirada y nota el nudo creándose en su vientre cuando distingue la presencia de Enid con Ron, los ojos de Carl no se movían de la adolescente.

El ultimo lugar seguro | The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora