Capítulo 13

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Minutos antes...

Jun estaba bien (por ahora), repartía la comida a las mesas y, en ocasiones, habían personas molestas. Le gritaban o se quejaban entre dientes. Era claro que tenía que aguantarse las ganas de jalarles de los pelos, pero no aguantó más.

—¡Si no le gusta la comida debería largarse de aquí! —Jun ya estaba harto, la misma señorita seguía ahí gritando desde que llegó. Parecía más vieja que él pero tenía pésimos modales.

—¡Estúpido insolente!

—Ya Jun, dejemoslo así, vamos. —Jackson se acercó a Jun y puso sus manos en sus hombros tratando de calmarle, la mujer que estaba sentada se paró y empujó a Jun al suelo empezando a esparcir sus feromonas.

—Omega inútil —le dedicó una mirada de asco y Jun supo al instante que era una Alfa dominante. Las feromonas que ella soltaba hacían que su cuerpo se ponga cada vez más débil. Su respiración era entrecortada y sentía desfallecer, cuando su vista se nubló empezó sentir que el piso se venía hacia él, se estaba sofocando y su boca estaba seca, no podía hablar.

—¡Jun! —Jinwoo llegó corriendo y se agachó para tratar de ver a Jun pero la mujer le agarró del brazo impidiéndolo. Jinwoo se pudo percatar de las feromonas que estaban en el aire y sabía que eran de ella. La miró fijamente mientras que una sonrisa ladina se formaba en sus labios.

Largate. —Jinwoo soltó también sus propias feromonas, al ser mayor y también dominante era obvio que la que salía perdiendo era ella quien con la cabeza gacha se fue.

Después de asegurarse de que aquella mujer ya no estaba cerca, dirigió su vista a Jun y controló sus feromonas para no provocar algún efecto malo en él. Cogió una manta que estaba colgada y se acercó a su rostro, el omega parecía respirar con dificultad así que lo cargó hacia la facultad de economía para posteriormente ir al techo.

No sabía porqué Jun se encontraba en ese estado, tal vez era por esa Alfa o simplemente no habría comido; pero en realidad no sabe y no quiere adivinar así que conforme subía cada piso estaba formulando preguntas, preguntas que Jun respondería sí o sí.

Al abrir la puerta que daba con el techo, el viento frío golpeó al instante su rostro, abrazó más fuerte al omega sintiendo como todo su cuerpo tiritaba. Jinwoo sacó la manta y se rodeo con ella para después abrazar a Jun.

—¿Podrías...? —Jun apenas podía hablar y Jinwoo apenas le podía escuchar así que atinó a voltear su cuerpo hacia él y poder buscar su olor —tus feromonas...

Jun frotó su rostro en el cuello del mayor mientras que este hizo caso y poco a poco fue liberando feromonas para él. Alzó su mano izquiera hacia la cintura del omega y cruzó la derecha para acariciar su pelo. Cuando ya se estaba calmando su respiración alzó su cabeza encontrándose con unos ojos color ámbar.

—¿Por qué tus ojos están así? —preguntó con curiosidad, los ojos negros de Jinwoo ya no estaban y simplemente se podían ver dos orbes dorados, un dorado intenso con sus pupilas casi dilatadas. No sabía que él podía hacer eso con sus ojos.

—Es... Algo que pasa con mis feromonas, cuando siento emociones fuertes. —respondió al momento en que apartó su mirada para mirar la ciudad desde ahí arriba.

Ambos miraron el cielo nocturno. Las pocas estrellas que ahí estaban eran una hermosa decoración en la oscuridad de la noche. Parecían pequeñas luciérnagas. A pesar de que la ciudad estaba ahí mismo, parecía lejana. La altura en la que se encontraban daba una gran vista del panorama.

Jun se deleitaba con el aroma del Alfa, pero también de la bonita noche. Las nubes en el cielo eran escasas y a diferencia de la mañana, no parecía que iba a llover ahora mismo. Su mirada se dirigía hacia distintas direcciones pero al toparse con la silueta de su acompañante no pudo evitar analizar cada detalle de él. Su perfil, los labios que adornaban su rostro y sus ojos que aún no habían vuelto a su color habitual ¿hay algo más que no sepa de este hombre? Quisiera poder investigar cada rincón de él, saber todo, ser la única persona que lo conozca más que nadie, ser el único que sepa en lo que está pensando ahora mismo y conocer sus hábitos. Pasear de la mano, besarle, que al dormir él sea la única persona que vea y que al despertar esté ahí, junto a él, prestándole atención, queriendole.

[EN EDICIÓN] Contigo o Sin Ti: MyungJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora