Su padre es un hombre de negocios bastante respetable, con conexiones por todos lados y con un amplio conocimiento de las finanzas. Siempre quiso ser como él, no solo en el trabajo sino también en casa.
Su padre era el hombre (y alfa) perfecto. Como padre, se ocupaba personalmente de las necesidades económicas y afectivas de sus hijos; como esposo, atendía a su mujer y la trataba como una reina. Su madre omega era consentida y amada por su padre. Eso se refleja bastante en cómo se comportaban frente a ellos.
No le importa que sus hijos los vieran siendo amorosos y sacando a relucir muestras de afecto porque eso era lo que les quería inculcar. Ser respetado, era una parte; respetar, la otra.
Siempre supo que se debía ganar el respeto de los demás y no solo en el tema laboral sino también en su vida amorosa. Es por ello que cada vez que tenía una relación no se lo tomaba en serio porque dentro de él eso no valía la pena. El desgaste emocional que le causa cuidar de alguien era grande, o al menos eso pensaba hasta que conoció a Jun. No sabe cómo pero quiere darle lo mejor.
Ahora va de camino a casa. Bin fue quien le dijo que su padre necesitaba verlo y, si se ponía a pensar, tal vez tenga algo que ver con Jun y esa publicación. No sería extraño que saque ese tema apenas entre a la puerta de su oficina con el fin de saber respecto a ello.
Siendo sincero, le aterra a un poco lo que sea que diga su padre. Muchas de sus anteriores relaciones terminaban rápido y no llegaban a oídos de su padre (o al menos eso quiere creer él).
—Padre —abrió la puerta con cuidado, viendo cómo su progenitor estaba sentado revisando algunos papeles—, ¿me llamó?
Su padre solamente levantó la vista unos segundos y la volvió a bajar fingiendo ignorancia y desinterés. Jinwoo, harto del inexplicable silencio que había, cambió su tono de voz volviendose informal. Decidió dejar el papel de "empleado" y dio paso al "hijo".
—¿Quiere saber quién es? —como una estrella fugaz, un brillo apareció en sus ojos derrumbando el duro semblante que tenía —. Tal vez Yoona ya te lo contó, es una chismosa.
—No hables así de tu hermana.
Cuando por fin soltó esas palabras, Jinwoo pudo respirar. Era bastante sofocante el ambiente ya que su padre era el más hablador de ambos, realmente no sabe porque de repente se le daba por no hablar.
—Aún... No se define nuestra relación. Solo...
¿Cómo podía poner en palabras lo que tenía con Jun? No es que él fuera un amante o una de las tantas parejas que tuvo, es como si fuera alguien demasiado especial para él.
—¿Le estás cortejando? —Jinwoo dio un pequeño asentimiento—, eso es suficiente para mí. Se ve que es un buen muchacho y eso que no lo conozco, supongo que es el instinto paternal.
Jinwoo apenas podía explicar sus sentimientos, no era que hablase mucho con su padre sobre relaciones o parejas pero supone que es importante tener esta charla, más si es con un alfa que tiene experiencia en estas cuestiones.
El menor no dejó de hablar sobre el omega en ningún momento y ese brillo en sus ojos y el leve sonrojo que permanecía en su rostro reflejaban sus sentimientos hacia su padre, quien inesperadamente ya sentía apego a dicho omega.
Es cierto que sabe sobre las aventuras de Jinwoo y no quería hablar de ello, sabe que su hijo es respondable en esas cuestiones así que haría el de la vista gorda. Poco a poco la conversación y el ambiente se sentía demasiado empalagoso debido a las feromonas del menor.
—Tráelo —dijo cortante mirando fijamente a su hijo.
—¿Qué? —Le miró impactado, abriendo sus dos ojos ante la sorpresa y desvaneciendo el leve sonrojo que estaba en sus mejillas. Ahora estaba tan pálido que parecía muerto.
—Traelo, quiero conocerlo —dijo el hombre y entonces una duda se plantó en la mente de Jinwoo, ¿cómo reaccionaría su padre si conociera a Jun? ¿Y si no lo aprueba? No quería que Jun salga lastimado y menos si no está listo para conocer a su familia—. No le voy a comer, solo quiero platicar y saber... qué te atrajo de él.
—Está bien... –antes de siquiera terminar de hablar su padre le interrumpió.
—Traelo el sábado. Estaré ocupado mañana.
—Bueno... Debo hablar primero con él —dijo dando por terminada la conversación y saliendo de la oficina para buscar a su madre.
Su adorada madre, siendo tan mayor pero se veía tan joven, corrió hacia ella y le abrazó gustoso sintiendo su frágil y delgado cuerpo bajo sus brazos. Hicieron una pequeña caminata dentro de la casa y platicaron, hacía semanas que no se veían y había mucho de que hablar.
También le contó de Jun y al instante su madre saltó de felicidad, tal vez no era tan mala idea traer a Jun después de todo.
Se despidió de sus padres y se dirigió a su auto teniendo en mente ir hacia donde Jun estaba. Vió su celular, aunque ya era un poco de noche tal vez alcanzaría a verle.
Mientras manejaba pudo ver el atardecer y cómo el cielo se pintaba de azul. El carmín ya no estaba más y ahora solo habían estrellas brillando en el inmenso azul de la noche.
Llegó al departamento y se estacionó al frente. Sacó su celular y le marcó... una, dos, tres. Al marcar la tercera vez al fin el omega le contestó la llamada.
—¿Hola? —su voz al otro lado de la línea se escuchaba ronca y apagada, era probable que haya estado durmiendo aunque era temprano.
—Jun, ¿puedes bajar? —apenas terminó su frase se escuchó unos ruidos al otro lado, la respiración jadeante le indicó que habría corrido en un corto lapso de tiempo. Sacó su cabeza por la ventana y logró observar cómo Jun estaba en la ventana.
—¿Qué haces aquí? —miró su celular— ¿Cómo tienes mi número?
—Si bajas, tal vez te cuente todo. —colgó la llamada y tras volver a mirar a la ventana Jun ya no se encontraba ahí. Se apresuró y bajó del auto, se apoyó contra este y esperó a que Jun bajase.
—Hola. —se veía desaliñado pero tierno. Sus cabellos despeinados. Estaba vestido con un polo negro y un pantalón rojo con cuadros negros. Sus ojos apenas se podían abrir demostrando que antes estaba durmiendo. Sin previo aviso lo acercó a sí mismo y le abrazó.
—¿Cómo estás? —separó un poco su rostro y lo tomó entre sus manos— ¿Te desperté? —besó su frente y conectó ambas miradas.
—No... Bueno sí —aturdido, Jun sonrió de manera inocente sintiendo como sus cabellos eran peinados por los dedos del alfa—. ¿Estás libre mañana?
—¿mmm? ¿Por qué? —preguntó sorprendido.
—Bueno... Sanha quiere una cita doble y no me pareció mala idea —jugó con sus dedos haciendo pequeños círculos en su camiseta.
—Está bien... —pensó un rato antes de acercar su rostro a la oreja del omega—. Estoy libre para ti. —susurró provocando un escalofrío en el cuerpo del menor quien en un acto de reflejo se separó un poco de él.
—Ah... ¿Cómo tienes mi número? —Jun trató de cambiar la conversación.
—Me lo diste ayer. —Jun empezó a hacer memoria y recordó al fin, ¡Jinwoo nunca le entregó su libreta! Sus ojos se abrieron sorprendidos ante la posibilidad de que este haya visto el contenido.
—Tú... ¿aún tienes mi libreta? —preguntó temeroso.
—Sí. ¿Te parece bien si la recoges el sábado? Está en la casa de mis padres, quiero que los conozcas si es que te parece bien. Vamos y te la llevas —Razonable, Jun dió un pequeño asentimiento sin saber que estaba yendo directo a la boca del lobo. —. Bien... que descanses. —levantó su mentón con las yemas de sus dedos y le dió un tierno beso sabor a vino. Jun solo cerró los ojos y recibió gustoso la muestra de afecto.
Tras despedirse, Jun se dirigió al interior de su departamento. Aún se sentía un poco mareado por el vino que tomó. Volvió a arroparse en su cama decidido a dormir hasta las doce de la mañana del día siguiente.
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[EN EDICIÓN] Contigo o Sin Ti: MyungJin
RomanceJinwoo puede recordar el momento en que lo conoció en aquella conferencia. Cuando entró por la puerta e interrumpió. Recuerda cuando pudo ver su rostro sin esa mascarilla a través de una foto. En verdad no lo sabe, aún ahora no sabe porqué después...