—¿Viniste a recuperar a mi hyung, verdad? —aquella pregunta le dejó sorprendido—. Jinwoo...
—Sanha, me invitaron a esta reunión al igual que a ti.
—Es un compromiso, ¡mi hyung no se puede casar!
El omega gritó haciendo que Jinwoo aleje el celular de su oreja. Suspiró de manera pesada y se sentó sobre su cama. Solo estaba con su pantalón puesto, su camisa estaba tirada en el piso.
—¿Qué debería hacer?
—No sé... —Sanha soltó un quejido, se sentía tan mal al imaginar a su hyung siendo infeliz y formando una familia que no ama, él no lo merece—. Se supone que lo amabas...
Yo lo amo.
Jinwoo solo se mantuvo en silencio mientras era regañado por Sanha, en realidad estaba acostado mirando al techo y sumido en sus pensamientos tanto que no estaba prestando atención a lo que decía el omega, ni siquiera cuando la llamada se cortó o cuando se quedó dormido.
Ya pasaron dos días. En la mañana había ido a darse una ducha rápida. Las gotas del agua en su piel le hacían brillar bajo la luz, sin embargo, él mantenía una expresión sombría, estaba cansado. La toalla cubría la parte inferior de su cuerpo, se observó en el espejo... No sé veía tan mal, pero tampoco tan bien.
Tocaron a la puerta y la abrió, al instante, un cuerpo cayó sobre él haciendo que retroceda un par de pasos.
—¿Bin? —le llamó pero este jadeaba pesado, sus ropas estaban manchadas con sangre y apenas podía articular una palabara—. ¡Bin!
Él se tomó su tiempo, lo dejó en la cama y esperó a que se recupere, mientras tanto empezó a vestirse. Hoy estarían toda la tarde conversando hasta el anochecer con todas las personas influyentes que fueron invitadas a esta celebración. Luego habría un banquete para después presentar a ambos anfitriones.
Sin duda hoy sufriría en grande.
Bin empezó a toser y Jinwoo enseguida le acercó un vaso de agua.
—¿Qué te paso? —preguntó y Bin se mostró reacio a responder—. No me digas que...
—Fui a ver a Sanha —Jinwoo suspiró, sabía por dónde iba esto—, ellos solo llegaron de improvisto y...
—¿Te hicieron eso? —lo reparó de arriba a abajo, era un desastre andante—. Cómo los odio.
En realidad no odiaba a los padres de Sanha sino a todos los ricos que se dejaban llevar por pensamientos tan banales como el mantener el linaje o incluso el no mezclarse con la baja sociedad.
—Sabes que ellos no aceptarán nunca a un "simple secretario" como la pareja de su adorado hijo —rio de manera amarga, Jinwoo solo le miró—. No sé qué hacer.
—Para todo hay solución.
—¿En serio? —preguntó incrédulo—. Es tan irónico que ni siquiera estés con Jun. Si fuera tú iría con él en este mismo instante.
—Si fueras yo entenderías por qué está pasando esto —caminó hasta la puerta de la habitación y la abrió—, pero no eres yo. Date una ducha, te espero abajo.
Jinwoo caminó lentamente por los pasillos hasta quedar en las escaleras que daban al salón principal, desde ese pequeño balcón podía ver rostros conocidos y otros que no le gustaría ver. Se mantuvo con una expresión seria, esa que lleva siempre en la oficina, y siguió su andar hasta llegar a la mesa de bocaditos.
En realidad, no planeaba ir a comer pero tenía que tener un lugar al que ir, en el camino se le acercarían un montón de personas a iniciar la conversación. Y así fue, él no se molestó en mirar a alguien con el cual charlar y solo se dispuso a escuchar y a asentir a las diversas conversaciones de los sujetos frente a él sin prestarles demasiado interés.
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[EN EDICIÓN] Contigo o Sin Ti: MyungJin
RomanceJinwoo puede recordar el momento en que lo conoció en aquella conferencia. Cuando entró por la puerta e interrumpió. Recuerda cuando pudo ver su rostro sin esa mascarilla a través de una foto. En verdad no lo sabe, aún ahora no sabe porqué después...