Debido a la fiesta que iban a hacer en su universidad Jun tendría prácticamente nada de horas de estudios pero aún así quería ir para asegurarse.
Jinwoo le ofreció llevarle en su auto cuando ya era hora para ir a la universidad. Jun, indeciso, accedió porque tal vez el camino sería menos largo.
—¿Cuándo me devolverás mi libreta? —preguntó, su mirada se mantenía fija en la ventana, por alguna razón se quería asegurar de que está yendo a su universidad.
—Tal vez... hoy en la fiesta de tu universidad —respondió después de un tiempo, ya estaban llegando. Estacionó su auto y después de apagarlo dirigió su mirada a Jun, como este no le miró tomó su mentón con sus dedos y dirigió su mirada hacia él —Nos vemos ahí. Ah, dame tu número.
—¿Qué? ¿Pará qué?
—Pará devolverte la libreta. —Es así como Jinwoo consiguió al fin el número de Jun. Le marcó y comprobó que sí era su de él. Después de eso, Jun bajó del auto y le dirigió una última mirada. Debía asistir sí o sí a la fiesta de hoy para poder recuperar la libreta. Con suerte Jinwoo no miró el contenido.
A pasos lentos se dirigió a su facultad encontrándose con un buen grupo de personas en un solo lugar. Tal vez llegó tarde, ignoró eso y se sentó en su asiento, sacó sus audífonos y empezó a escuchar música. Aunque ni podía escuchar mucho por el ruido estaban haciendo.
Su maestra llegó y le preguntó a la multitud si ya se habían organizado.
—Solo nos falta un mesero —se escuchó en todo el salón y todos voltearon a verle. Oh, no. No quiere estar ahí de mesero y sentir las náuseas por las feromonas de los demás. Agitó su mano dando a entender que no y su maestra se le acercó.
—No puedo estar rodeado a muchas personas. —Soltó apenas la maestra vino a sentarse al lado de él. Estaba dispuesto a ahorrarse vómitos y náuseas. Al ver que la maestra no comprendió lo que dijo, siguió —Es un problema médico.
—Comprendo.
Cuando la profesora estaba a punto de irse y casi podía soltar un suspiro por librarse de esta "peligrosa" situación, una compañera vino y dijo—Solo necesitamos a alguien para que acompañe a Jackson por media hora.
—¿Podrías hacerlo por media hora? —La maestra volteó y se le quedó viendo esperando una respuesta.
—Solo por media hora —suspiró.
Solo debía ser el mesero acompañante de Jackson. Con Jackson, la persona más irritante en el mundo. No era que simplemente le irritaba su presencia, sólo que era muy insistente y ahora debía pasar tiempo trabajando con él. Con suerte ni siquiera intercambiarán miradas.
A lo lejos estaban varias personas encargándose a último momento de la comida que iban a preparar. Pasaron tres horas aproximadamente. Pronto ya estaban cocinando y los olores fuertes ya estaban ahí, dispuestos a hacer que tenga náuseas.
Muchas personas se fueron para poder armar la tienda, colocar los bancos y mesas. Le ofrecieron que fuera pero no quiso.
Se quedó en el salón y desde ahí pudo escuchar la música de afuera. Suponía que por lo menos habían cuatro parlantes a todo volumen.
—¡Ey! Aquí está tu uniforme —uan chica se le acercó y mostró una camisa blanca con unos pantalones negros, al parecer, ajustados junto a unos zapatos de vestir —No te olvides de devolverlos.
—¿No hay otra talla? —preguntó ragando qué haya una talla más, es incómodo para él usar ropa entallada.
—No, es el único que encontramos, además parece que te quedará bien. Se ve de tu talla. —La chica lo dejó en su mesa y se fue.
Agarró las prendas y se dirigió al baño para poder probarse. Si le incomodaba iba a rechazar el puesto y se iría de ahí. Se quitó toda su ropa y la dejó a un lado en el piso. Empezó poniéndose la camisa y luego el pantalón. Ambos se sentían agradables salió y se vió en le espejo. Debía admitir que se veía bien. Hizo la prueba de caminar y no había ningún problema.
Se dirigió hacia el salón en donde solo estaba Jackson. Trató de no hacer ruido y se dirigió a su mochila. —Nos están esperando afuera —vió como él se dirigía a la puerta, por un momento le sorprendió su actitud pero no le dio más vueltas al asunto.
Condujo sus pasos al puesto en el que estaba su facultad. Todo bien decorado con luces y un letrero en la entrada, por dentro estaban las mesas perfectamente ordenadas y en un rincón estaba la "cocina".
Apenas empezaba y ya se sentía agotado.
¬¬
—¡Binnie! ¡Binnie! —llegó Sanha corriendo y saltó encima suyo mostrando un tierno puchero.
—¿Qué pasa, bebé? —Lo cargó sujetando su cintura repartiendo besos por todo su rostro poniendo énfasis en sus labios.
—Junnie-hyung está en peligro —su respiración se volvió agitada debido a que Bin ahora estaba besando su cuello.
—¿Qué? ¿por qué? —se separó lentamente de su cuello para ver la foto que le estaba mostrando Sanha en su celular— ¿es mesero? —lo miró incrédulo.
—¡No! Está con ese sunbae que lo molesta, mira aquí —acercó más la foto mostrando a Jackson al lado de Jun.
—Ah, no hay problema.
—¿Por qué no? —le miró confundido.
—Jinwoo va a ir —se acercó y le beso— si dices que molesta a Jun, entonces hoy va a arder troya. —Sanha rió bajo mientras Bin jugaba con su lengua en su cuello provocando cosquillas en el omega, hasta que se vieron interrumpidos por el tono de llamada del alfa. Sacó de mala gana su teléfono del pantalón y miró la pantalla—Hablando del diablo... Bebé, anda a cambiarte, en un rato salimos.
Sanha hizo caso y se dirigió a su habitación. Sí, estaban en su departamento. Bin llegó para recogerle hasta que vio que le enviaron una foto de su hyung sufriendo en un entorno social, siendo camarero. Nunca lo imaginó como camarero, conociéndolo debe estar botando la comida al piso o tropezandose. Espera que no.
Se puso un conjunto de ropa cómodo y algo arropado salió de la habitación. Cuando Bin lo vió colgó el teléfono y dirigió sus pasos hacia él. Le abrazó por la cintura mirándolo fijamente a los ojos ¿Cómo su omega podía ser el más hermoso en toda la tierra? Con una mano mantuvo el agarre en su cintura y con la otra acarició su mejilla.
Sus rostros estaban muy juntos y no pudo aguantar las ganas de besar sus labios, esos labios que le recibían con calidez entregándole y demostrándole todo lo que sentía. La danza sincronizada entre ambos era perfecta, sus cuerpos juntos trataban de estar aún más juntos tanto así que en su sombra no se podía distinguir dos personas. Se separaron por el aire y Bin le susurro un "te amo", el omega sonrojado solo atinó a abrazarlo quedándose así por un largo tiempo.
—Creo que voy avanzando. —Jinwoo apenas entró al departamento salió. No es que tuviera una llave o algo pero la puerta estaba abierta, encontrándose con una escena muy íntima en una pareja lo único que podía hacer era no interrumpir ¿verdad?
Regresó por donde vino, la pareja solo bajó un rato después y Jinwoo les estaba esperando abajo recostado en su auto.
—¿Nos vamos? —preguntó Bin mientras se dirigía a su auto con Sanha. Jinwoo subió al suyo propio siguiendo a Bin. Por lo que pudo notar, la universidad de Jun quedaba un poco lejos de su departamento. Era probable que fuera para allá en bus ya que cerca hay una parada de buses.
Llegaron y se estacionaron dentro. Por fuera la universidad parecía gris y aburrida pero por dentro en verdad parecía una discoteca. Todo lleno de colores, música y mucha gente. Los puestos de comida estaban en filas y bien organizados. Había un espacio en el que un buen grupo de personas bailaban al ritmo de la música.
—¡Ahí está Junnie-hyung! —Sanha señaló con su dedo hacia aquella dirección.
Cuando ambos alfas dejaron de analizar los al rededores se dirijeron hacia donde Sanha apuntaba, pudieron observar cómo Jun estaba tirado en el piso mientras que otra persona trataba de ayudarle a levantarse.
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[EN EDICIÓN] Contigo o Sin Ti: MyungJin
RomanceJinwoo puede recordar el momento en que lo conoció en aquella conferencia. Cuando entró por la puerta e interrumpió. Recuerda cuando pudo ver su rostro sin esa mascarilla a través de una foto. En verdad no lo sabe, aún ahora no sabe porqué después...