Capítulo 31

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Besó lentamente su piel perlada por el sudor. Había olvidado cómo se sentía. Con su mano derecha rodeó su cintura y con la izquierda hizo que su pecho siga apoyado contra la mesa. Desde arriba podía apreciar la perfecta vista que le daba. Lo ancho de su espalda se volvía pequeño conforme sus ojos bajaban la mirada hacia sus caderas. Ama su cuerpo desnudo desde la primera vez en que lo vio, tanto como sus gestos, que eran una mezcla de ternura y erotismo.

¿Cuántas veces lo habían hecho ya?

Incontables, pero aún así eso no bastaba para expresar lo mucho que se extrañaron en tan poco tiempo. Ninguno iba a negar esa necesidad de estar juntos y sentirse mutuamente, de acariciarse y de besarse.

Dio un pequeño beso en su cuello seguido de una mordida y se sentía más ebrio por las feromonas que Jun soltaba más que por el alcohol. Él también liberaba algunas pero parecía que el omega que estaba bajo él tomaba de más, tanto que parecía estar en celo.

—Jinwoo... no... más —gemía sin ser consciente de lo que provocaba en el Alfa.

Sus uñas rasguñaban ligeramente la mesa de ébano, mantenía aprisionado su labio inferior con sus dientes para evitar gritar del placer que estaba sintiendo ¿había posibilidad siquiera? Aunque callara su voz suplicante, el Alfa aún podía escucharlo. Y aquel amaba eso, el simple hecho de tratar de esconder lo que siente, tal vez por orgullo, pero, cuando Jun demostraba sus verdaderos sentimientos podía llegar a ser una persona totalmente diferente.

Como cuando estaba en el cuarto unos momentos atrás.

—Beso... —demandó Jun, su cuerpo estaba ligeramente inclinado hacia un costado para poder verle mejor y, aquella imagen era celestial.

—Mi ángel —le besó, devoró sus labios y atrapó sus gemidos cuando su cadera daba estocadas certeras en ese punto de placer que, sabía, lo llevaban al borde—. Eres angelical, ¿lo sabes?

Jun no respondió, se acostumbró desde la primera vez a que Jinwoo soltara cumplidos como estos de manera casual cuando sus cuerpos se encontraban. Él sabía que le gustan y no lo iba a negar, quería sentir un poco que su Alfa le adoraba y necesitaba tanto como él lo hacía.

—Tan bueno, tan perfecto —sentenció dando pequeñas mordidas en su cuello y aspirando en gran cantidad el fuerte aroma de sus feromonas que ahí se acumula—. Tanto que puedes ser el más cruel en el universo.

—¿Cruel? —Jinwoo le respondió con un pequeño sonido cerca a su oído que le hizo estremecer —. ¿Por... por qué?

—Tú me tienes en tus manos —besó su pómulo—. También estoy a tus pies. Puedes hacer cualquier cosa conmigo y no me negaría.

Y era así. Sentía que si él le pedía algo, cualquier cosa, se lo daría aunque le cueste la vida. Se sentía raro experimentar esto de entregarse por completo por primera vez y, si era un sueño, prefería no despertar. Salir de esta burbuja significaba un duro golpe en la realidad que no quería afrontar. Al menos no ahora.

Fueron a la cama y ahí empezaron nuevamente a juntar sus cuerpos, entregándose al placer carnal, aunque ambos lo veían más que eso. No era el solo hecho de concretar el acto, era que ambos estaban involucrados en ello y eso lo hacía superior a cualquier otra cosa.

Jun se abrazó a él con los ojos cerrados, prácticamente dormido. Jinwoo aún estaba despierto para cuando sintió el brazo del omega pesado indicando que al fin estaba durmiendo. Antes habían platicado, no mucho pues fueron sólo tres días de no verse pero aún así lograron discutir incluso de temas triviales.

Jinwoo suspiró, quería quedarse con él hasta el amanecer, verle despertar y, quizás, demostrarle de una y mil maneras cuanto lo ama. Y todo se quedará en un tal vez. Entre reproches de su lobo empezó a vestirse y dejó un casto beso en la frente de su omega.

[EN EDICIÓN] Contigo o Sin Ti: MyungJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora