6. Wished they were more

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Después de la carrera todos se fueron al hotel a descansar y aclarar sus pensamientos para la próxima carrera, que sería dentro de 2 semanas.

Pierre llegó a su cuarto y lo primero que hizo fue tumbarse en la cama boca arriba y con los ojos cerrados.

Debería estar enfadado, decepcionado consigo mismo al igual que otras veces que ha tenido una carrera defectuosa. En cambio, esta vez se sentía bien, y no sabía por qué. Quizá era porque había hecho las paces con Yuki y se había quitado un peso de encima. O porque los dos estuvieron tan a gusto hablando que no le dio tiempo a recordar su mala suerte y que, mientras los otros peleaban por el trofeo, ellos estaban sin ninguna preocupación en el sofá.

Estuvo pensando un buen tiempo, rememorando las bromas dichas en la sala y riéndose por lo bajo por todas las tonterías que hizo, hasta que se quedó dormido.

...

Un móvil empezó a sonar, y un somnoliento Pierre intentaba localizarlo con los ojos cerrados hasta que la llamada finalizó. Esto le obligó a abrir los ojos de una vez y buscar su móvil, encontrando finalmente en el bolsillo delantero de sus pantalones. Lo desbloqueó y el brillo le despertó completamente, viendo en la notificación que sobresalía el nombre de Yuki. "¿Por qué me llamará ahora? Pero si hace nada que nos vimos..." miró la hora, asegurándose que la siesta que había echado no hubiese durado mucho. Pero no tuvo suerte "¿¡22:00!? ¡Merde! ¿Cómo es posible que haya dormido 4 horas del tirón?"

Contestó la llamada, suponiendo que Yuki estaría llamándolo para animarle a ir a la fiesta.

- ¡Hey! Te he llamado un montón de veces. ¿Qué se supone que hacías? - Le dijo el japonés al segundo de responder la llamada.

- Puf - resopló - ha sido llegar a la habitación y quedarme dormido, me acabo de despertar ahora.

- ¿4 horas seguidas? Venga ya - Se rió el otro - Yo no soy capaz de dormir tantas horas, mi cuerpo tiene el reflejo de alterarse cuando tiene hambre y no me deja dormir en paz... - Dijo con un tono como de no haber acabado la frase. - ¿Y no tienes hambre?

- Pues ahora que lo dices sí... No he cenado nada.

- Eso no puede ser. Mira, si quieres vamos a un restaurante y te acompaño a cenar.

- ¿Estás seguro? Pero nos saltaríamos la fiesta de después de las carreras. A mí me da igual, ¿pero tú no querrás ir?

- Da igual, además ya te dije que estar entre tanta gente me agobia. Estaría más a gusto contigo en un sitio más tranquilo. Así además podremos retomar nuestra conversación de antes. - Soltó una risa.

- Pues perfecto entonces. ¿Tú conoces algún restaurante por la zona?

- La verdad es que es mi primera vez aquí, aunque el restaurante que he cenado hoy estaba muy rico todo. Era una italiana que tenía todo lo típico de aquí: Lasaña, pizza, pasta y cosas así. Creo que te gustaría.

- Ahora que lo dices... me apetecen unos buenos espaguetis a la carbonara. Mándame la ubicación y me preparo.

- Muy bien entonces. ¿Quedamos en 45 minutos? Está cerca del hotel. Con un taxi llegas en 5 minutos.

- Bien, en 45 minutos en el restaurante. En seguida nos vemos. Adiós.

- Perfecto, pues hasta ahora.

Una sonrisa se le dibujó en la cara al recién despertado. Se alegraba de poder llevarse mejor con su compañero de equipo, a pesar de haber empezado con mal pie.

Colgó y se fue directo a tomar una ducha de aproximadamente 15 minutos. Y al salir con una toalla tapándole estuvo un rato mirando su armario. Él solía ser de los que no le importaba su apariencia y se ponía lo primero que encontraba en el armario, pero ese día no. Se preguntó a sí mismo si esa cena era formal o no. "Pero qué tontería, es una cena con un compañero. ¿Por qué estoy dudando tanto?" Pensó después de unos minutos sin poder llegar a un acuerdo, así que cogió unos jeans blancos y una camisa con rayas verticales blancas y azules. Se peinó y bajó cuanto antes a la recepción para pedir un taxi.

It's not the end of the story - YukierreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora