It's not the end of the story - Yukierre

29. Parents were evil

Los meses pasaron volando, y con ellos las carreras. Pierre y Yuki estaban en su mejor momento tanto profesional como vitalmente. Ambos ya se habían acostumbrado a los controles del AlphaTauri a la perfección, consiguiendo cada vez mejores resultados con él. Acababan de terminar la penúltima carrera de la temporada, la de Arabia Saudita, habiendo finalizado sexto Pierre y octavo Yuki. Las celebraciones por la obtención de puntos en los garajes de su equipo ya eran rutina, terminando siempre cubiertos de champagne por los mecánicos.

Por otro lado, la relación de ambos iba igual o mejor que sus logros deportivos. Pierre no había vuelto a pisar su casa ni una sola vez desde la semana que pasó junto al japonés en su piso. Cada vez que tenían una o dos semanas de descanso entre carrera y carrera se alojaban en el apartamento de Yuki en Italia, la cual Pierre ya sentía como suya. La discusión que tuvieron meses atrás les ayudó a mejorar cosas como la falta de comunicación y de comprensión que tenían en su relación, y desde entonces no habían tenido ningún problema mayor que las discusiones típicas, como decidir en qué restaurante cenar.

Todo era, simplemente, perfecto, cosa que no pasó desapercibido entre la gente cercana a ellos. Ellos ya se habían acostumbrado a los comentarios de "qué feliz te veo últimamente" durante esos meses. Tanto el japonés como el francés se contenían como podían, resistiendo el impulso de gritarle al mundo la razón de su alegría constante.

Después de ducharse y quitarse cada resto de champagne que quedaba en su pelo, Pierre salió de su motorhome, esperando a Yuki frente a su puerta. Este no tardó mucho más en salir, y ambos se fueron al hotel, pensando utilizar tan solo una de las dos habitaciones reservadas.

Las horas pasaron velozmente mientras estaban en la habitación, y el sol no tardó en esconderse para dejar que la luna lo iluminara todo. En cuanto los primeros rayos que reflejaba la luna entraron por la ventana del apartamento, Yuki pudo ver el torso desnudo de su novio debajo suyo, mientras su cabeza estaba apoyada en su pecho. Compartieron palabras y gestos de amor después del día lleno de emociones, y ahora mantenían una conversación casual, de esas que seguramente olvidarían por la mañana.

Pese a la tranquilidad del momento, una idea no dejaba de cruzarse por la mente del más joven: que su relación dejara de ser secreta. Ya habían comprobado que su relación iba en serio, y todo entre ellos era perfecto. No quería ocultar al hombre que más amaba en el mundo a todos sus conocidos, sobre todo a su familia. Estaba muy orgulloso de ser quien era y amar a quien amaba, y le entristecía no poder demostrarlo con las personas más importantes de su vida.

Pierre, que mientras Yuki estaba envuelto en sus pensamientos seguía con la conversación, paró de hablar en cuanto notó al japonés más callado de lo habitual.

- ¿Qué está pasando por esa cabecita tuya? - Preguntó sin pensárselo mucho el rubio, mientras pasaba su mano por la cabeza del contrario.

Esa pregunta sacó de su mente al japonés, que dudó por un instante entre ser sincero o esquivar la pregunta.

- Tan solo pensaba en nuestra relación. - Intentó generalizar.

- ¿Ah, sí?¿En qué cosa, exactamente? - Pasó su mano por la espalda de Yuki, sintiendo los músculos bajo sus dedos.

- En si sería buena idea contárselo a nuestras familias. - Murmuró, optando finalmente por decir la verdad, sabiendo que no era muy hábil fingiendo.

Pierre se quedó sin palabras, con la mirada fija en el techo, intentando reflexionar sobre la propuesta. El silencio invadió las cuatro paredes por un instante, solo se oían sus respiraciones suaves. El japonés le dio todo el tiempo que necesitase para pensárselo. Sabía que este era un tema sumamente serio y que no se podía tomar a la ligera. Él ya había estado pensando en ello durante unos cuantos días, y estaba listo para dar el paso, pero esperaría al rubio todo el tiempo que este necesitase.