It's not the end of the story - Yukierre

12. A better life

Pierre se puso una alarma a las 7 AM para preparar la sorpresa para el día de su cumpleaños, sin preocuparse mucho de que el menor se despertase porque sabía bien que ni un terremoto lo haría. Lo apagó lo antes posible e intentó escapar de los fuertes brazos que lo retenían pegado a su pecho, sin hacer ningún movimiento brusco que lo despertasen. Después de levantar lentamente el brazo del menor salió del cuarto, volviendo a cerrar la puerta de la habitación.

Tenía intención de prepararle un buen desayuno y ya después darle la pulsera que tenía guardado en la mesa de noche desde ayer. Lo primero que hizo fue bajar al supermercado 24h que había debajo del apartamento para comprar algo rico. Primero dio una vuelta general por todo el supermercado, que no era muy grande, para hacerse a la idea de lo que vendían allí. Por suerte encontró algo perfecto: una tarta pequeña hecha con bizcocho y chocolate. También compró un paquete de velas pequeñas y se apuró para volver otra vez al cuarto del hotel.

Entró lo más silencioso posible y, después de comprobar que Yuki seguía durmiendo, empezó a preparar todo lo que le iba a servir.

Primero de todo, preparó una bandeja de madera con un plato y un vaso encima. Sacó la tarta y le puso una vela, todavía sin encenderla. El vaso lo llenó con zumo, aprovechando las naranjas y la licuadora. Cuando se dio cuenta ya eran las 8:30, por lo que decidió ir a despertarle.

Entró a la habitación con la bandeja en la mano. Lo dejó encima de la cama, al lado de Yuki, y tumbándose él al otro lado, pegando su pecho con el del otro y dándole besos por toda la cara para despertarlo.

- Buenos días, Pierre - Susurró con voz ronca de recién despertado. Abrió lentamente sus ojos somnolientos, viendo al rubio iluminado por los primeros rayos solares del día.

- Buenos días dormilón. ¡Feliz cumpleaños, Yukino! ya tienes 21. Y mira, te he preparado el desayuno para que lo comas como un rey. - Señaló la bandeja, sintiéndose orgulloso del esfuerzo hecho.

Agarró las asas de madera y colocó la bandeja en las piernas del que lo miraba con asombro.

- Ay Pierre... No era necesario todo esto. Solo tenerte aquí es un regalo. Muchísimas gracias.

Pierre agarró una cerilla y prendió la vela.

- Pide un deseo - Le acarició el cabello despeinado y le observó mientras soplaba la vela con la ilusión de un niño pequeño.

- ¿Sabes lo que he pedido? - El otro negó con la cabeza con una sonrisa ladeada en la cara, intentando imaginar lo pedido.

- Sorpréndeme.

Dejó la bandeja sobre la mesilla, para dejar libre su cuerpo.

- He pedido estar contigo por siempre, aunque no lo podamos decir en público. Deseo estar contigo y que seas tú quien me haga feliz cada mañana viéndote dormido al lado mío. Pierre, ¿quieres ser mi novio?

El francés medio-abrió la boca, sorprendido por las preciosas palabras que le había dedicado. Tenía miedo de que su corazón saliese del pecho de lo fuerte que latía. Sin decir ninguna palabra acercó sus caras hasta el punto de estar a milímetros. Rozó su nariz con el del japonés de arriba abajo y de abajo arriba, para después dejarle un beso en la frente y decir:

- Sí, claro que quiero ser tu novio. - Los labios de ambos dibujaron una sonrisa imborrable. - Nunca me habría imaginado diciéndole esto a un chico, pero no eres un chico cualquiera, tú eres especial. Eres el que me ha estado volviéndome loco cada día de la semana, y cada semana del mes. Me has hecho replantearme mis sentimientos y pensamientos, y aunque todavía no los tengo claros, he llegado a la conclusión de que lo único que quiero a mi lado eres tú. Por y para siempre. Te quiero, Yukino.