Capitulo XXVIII

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Ésas palabras resonaron en mi cabeza, que no llegue a percatarme como el Moby salía a la superficie reventando la burbuja, ocasionando un estruendo en la bahía

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Ésas palabras resonaron en mi cabeza, que no llegue a percatarme como el Moby salía a la superficie reventando la burbuja, ocasionando un estruendo en la bahía.

Trate de centrarme, visualizar bien pero la luz llegó inmediatamente que me costó ver lo que ocurría, pero a los segundos de poder ver bien que es lo que pasaba, lo vi, vi a Ace arrodillado contra su voluntad, encadenado, sucio y con notorias heridas, tenían al comandante de la segunda división, el hijo de Padre y mi hermano pequeño.

Que ahora no sólo sabía que Padre era su Oyaji, si no también Roger...

No podía dejarlo morir, el era lo único que quedaba de Papá, la marina no debía culpar a un chico por los pecados de su Padre, no, no lo permitiría.

--¡E-ese es...el comandante de la primera división, Marco!--

--¡Los catorce comandantes están aquí!--

Se escucharon los pasos de Padre por toda la bahía, mientras subía por las escaleras hasta la cabeza del Moby, con un silencio a su paso que a más de un marino veterano hizo que temblara por dentro.

Su risa logró hacer eco. --¿Cuantas décadas han pasado, Sengoku?--

--¡Shirohige!--

--Espero que mi querido hijo...se encuentre a salvo.--

Suspire, me encamine hacia donde estaba Padre subiendo de igual manera las escaleras pero de una manera más tranquila, al ya estar cerca de él, me senté en la borda de la cabeza del Moby, mirando cuantos enemigos podían devorar mis pequeños.

--¡No imagine que se acercaría tanto!-- La voz de Sengoku hizo que dejara mi imaginación de ver a cada marino muertos por mis hijos.

--Solo espera un momento, Ace-- Sentenció Padre. Sonreí por sus palabras, definitivamente nos llevaríamos a Ace devuelta a casa.

--¡Oyaji!-- La voz de Ace salió fuerte pero débil, desgastada.

Y antes que pudiéramos contestar a su grito, Padre separó sus brazos golpeando la gravedad.

--¿Que es eso?--

--¿Estrelló el aire?--

El mar explotó por dentro, por las fuertes corrientes de energía.

--¿Qué fue esa sorprendente explosión?-- Comentó un marino de color de pelo rosado.

--¡Un terremoto! ¡Descontrolo la marea!-- Sengoku estaba nervioso.

--¡También de este lado!--

--¡Ésta es la habilidad de Shirohige!--

El agua subía con grandeza, a los golpes de corrientes, Padre sonreía con orgullo al igual que todos nosotros, analizaba cómo cada Marino empezaba a correr, quien sabe quizás para poder resguardarse por el terremoto provocado. Al acabar los breves temblores cada marino volvió a mirar al frente preguntándose si el peligro ya había acabado.

~La Hija De Mi Capitán~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora