Capitulo XI

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--¡¡Corre, Sofia Corre mas rápido!!--

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--¡¡Corre, Sofia Corre mas rápido!!--

--¡¡Eso intento nissan pero nos pillaran de todos modos!!--

--¡¡Y eso debemos evitarlo!!-- Corrimos hasta que encontramos un lugar seguro donde escondernos --Ven escóndete hay yo los distraeré--

--P-pero nissan, Mamá ella puede ayudarnos--

--¡NO!, Mamá ahora es nuestra enemiga junto con sus hijos-- La deje escondida y mire a mi alrededor para que no hubiera nadie, al confirmarlo entre para esconderme con ella. Pero no tenia pensado cuando.

--¡¡Los encontré!!--

--¡¡AHHHH!!-- Gritamos hasta que el alma se nos salió.

(...)

--Haber como vamos-- Hablo camilo uno de los pequeños. --Mamá va ganando por diez, sombre nuestras cabezas--

--jupi, voy ganado-- Grite por las victorias.

--No es justo, Mamá, no puedes ocupar a nuestros hermanos para que nos rastreen, ¡Las escondidas no se juegan así!--

Y si estábamos jugando a las escondidas, llevábamos tres años en la isla, poco a poco cada uno de nosotros se fue acostumbrando a la isla mas de lo normal, mis hijos sorprendentemente al segundo año ya alcanzaban el porte de Dilong, pero medí cuenta que les faltaba por crecer. Se que dirán que es injusto que use a mis hijos para rastrar a mis pequeños en un juego, pero no me culpen ellos insistieron que querían ayudarme.

--Ya llegue, niños no desesperen, le ganaremos a Amaris-- Y ese era Leo casi siempre discutimos por el ganador.

--Si, sigue soñando leo-- Dije.

--Me estas retando ¡¿Eh?!--

--Si así lo prefieres!!--

--Ya empezaron de nuevo-- Dijo Roger. Y antes que pudiera reclamar los gemelos llamaron para comer.

--¡¡Chicos, a comer!!--

--¡Hai!--

Estos momentos los atesoraba, eran momentos únicos viendo a todos los pequeños jugando con mis hijos es muy divertido. Leo después de tres años ya estaba acostumbrado a que lo llamaran Papá, después de todo se cansaba de discutir con los chicos ellos siempre se salían con la suya. Después de cenar los pequeños se fueron a descansar en estos últimos tres días han estado jugando y mucho y ya me lo imaginaba cuando cada uno empezó a cabecear.

--Leo-- Lo llame.

--Dime, que necesitas comandante-- Pregunto.

--Es la hora-- Dije sin mas, para mi sorpresa entendió.

--Por fin, esta isla ya me estaba matando-- Sonrió. --Llego la hora, ¡¡Chicos icen las velas, suban todo es momento!!--

Y así lo hicieron cada uno de mis hermanos empezaron a guardar todo, yo desperté a mis hijos necesitaba la ayuda de ellos, me pesaba despertarlos estaban cansado lo sabia lo sentía, en teres años la conexión con cada uno de ellos creció sorprendentemente.

~La Hija De Mi Capitán~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora