08 || Cámara, acción

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Kookie, volveré en un momento. ¿Podrías esperar aquí?

El pequeño niega repetidas veces con la cabeza mientras hala de la falda a la mujer para que no se aleje de él. El humo que envuelve el lugar es irrespirable. Hay sujetos extraños riendo a carcajadas, tomando alcohol, jugando juegos de azar, apostando exageradas cantidades de dinero que presumen sobre la mesa.

―No volverás ―le asegura con tristeza.

La mujer luce consternada ante las palabras del pequeño.

―Lo haré, es una promesa, ¿sí?

Ella muestra su dedo meñique con la esperanza de calmar al pequeño, no obstante su promesa no es bien recibida.

Noona, estaré solo el resto de mi vida.

―Claro que no…

―No es una pregunta. Papá lo dijo.

Aquella confesión hace que el corazón de la mujer se agriete. Ve hacia una puerta, vigilando que nadie salga de ahí. Lleva uno de sus dedos a los labios pidiendo al pequeño que guarde silencio. Los hombres en una esquina de la habitación no reparan en ellos, están demasiado extasiados por el juego y el alcohol.

Ella toma de la mano al pequeño y le conduce hacia el exterior. Mientras caminan por la nieve, ella le regala una sonrisa para consolarle.

―Jamás estarás solo ―le asegura―. Y si alguna vez sucede de esa forma, es porque ellos no sabrán apreciar tu gran corazón, Kookie. Noona te ama, nunca lo olvides.

En cuanto llegan al apartamento, Jungkook se lanza a su cama, derrotado. Su descontrol le dejó heridas en los nudillos y por poco toma la vida del tal Ken.

Taehyung se mantiene de pie sin saber exactamente qué hacer. Hay tantas preguntas arremolinándose en su cabeza que no sabe cómo expresarlas. Tiene una vida con la que seguir fuera del lío en el que Jungkook le quiere inducir, pero por alguna razón, nada parece ser lo suficientemente bueno como estar al lado del chico.

Un mensaje de texto le informa que recibirá una llamada importante, por lo que intentando hacer el menor ruido posible, sale del apartamento. Baja las escaleras, entonces la voz de un adormilado Jungkook se pronuncia a través del reloj de su muñeca.

Vuelve aquí.

El modelo suspira y torna sus pasos escaleras arriba.

Cuando ingresa a la habitación nota que Jungkook está sentado con el móvil en la mano.

―¿Pasa algo? ―cuestiona Taehyung.

―Tú… ―vacila―. Si de casualidad hay un evento este fin de semana, iré contigo.

―¿Evento? ¿Cómo sabes de eso? Sí, tendré una pasarela.

―Luego de eso.

―¿El afterparty? ―musita, dudoso.

―Bien, iremos juntos ―declara Jungkook.

Taehyung le ve incrédulo.
―¿Cómo por qué? ¿Sabes? Eso sería extraño.

―No seas idiota, ¡estás malpensando las cosas! Ni que muriera por salir contigo. Eres insufrible.

El modelo se cruza de brazos.
―Es en Japón. ¿Viajarás hasta allá por una fiesta?

Él se encoje de hombros.
―Las japonesas son bonitas ―comenta, restándole importancia.

Taehyung vira los ojos.
―Como sea, seguro las espantas ―comenta fastidiado, para por consiguiente abandonar el lugar.

Jungkook enciende la pantalla de su móvil. Relee un par de mensajes que el supuesto anónimo le ha enviado. Pasa su mano por el rostro, frustrado, sin saber que hacer. Hacía meses atrás sus trabajos eran menos complicados y requerían poca interacción con terceros.

Definitivamente necesita algo más que golpear a alguien para librar el estrés.

El fin de semana Kim Taehyung tiene una pasarela en Tokyo.”
“Pídele que te lleve, ya sabes el resto. Cámara, acción.”

El teatro está completamente vacío, mas el espectáculo nunca acaba. Con pies desnudos baila al son de la melodía que se proyecta por los altavoces. Es uno con la música, vibrando con pasión, imperturbable, etéreo.

Jungkook camina por el pasillo central donde le rodean cientos de butacas vacías.  Se detiene a la primera fila a tomar asiento, para que una vez acabe, su amigo note su presencia.

Luego de un minuto, la música se detiene. Cansado, Jimin se deja caer de rodillas, inhala y exhala repetidas veces. Jungkook comienza a aplaudir. El bailarín levanta la mirada y sonríe al ver a su único espectador, quien es suficiente, no necesita a nadie más.

Baja del escenario y se acerca a él.
―¿Qué haces aquí? ―cuestiona, tomando asiento a su lado.

―Estaré de viaje este fin de semana, así que venía a despedirme ―anuncia.

—¿Despedirte? Tú nunca haces eso. Estas raro últimamente.

Jungkook parece no prestar atención a sus palabras.
—Jimin, lo que haces es sorprendente, ¿por qué malgastas tu vida encerrado en la compañía de tu padre?

―Bailar me apasiona ―afirma―, pero odio la fama. Además, alguien como yo no es fácilmente aceptado, y no tolero reprimir mis sentimientos. La industria del entretenimiento es cruel. Me encuentro mal debido a ello. Debí pensarlo mejor cuando vendí ese vídeo de Taehyung bailando en el bar…

Jungkook no puede creer lo que está escuchando. Sabía que era mala idea dejar la única copia del dichoso vídeo en el teléfono de Jimin. Mas si lo borraba, sería demasiado obvio.

―¿Hiciste qué?

―Lo sé, no debí. Me siento tan mal que por eso vengo a esconderme aquí. Ni siquiera he revisado las redes temiendo lo peor.

―¿A quién lo vendiste?

―No lo sé, estaba ebrio. Conversé con un tipo y sabes que no puedo callarme una vez comienzo hablar. Este chico… Kim. Sólo recuerdo su apellido. Se interesó por el suceso.

El hijo de Kim Cheol tiene tanto que perder… gracias a ti. Jungkook-ssi, tú estabas ahí, pero, ¿por qué?”

“Cámara, acción.”

Las piezas comenzaban a encajar un poco, mas al rompecabezas le faltaban fragmentos que tendría que unir, cosa que le tomaría algo de tiempo.

¿Qué estaba tramando el anónimo? ¿Por qué estaba llevando las cosas tan largo? Normalmente los trabajos que se le encargaban eran de poca duración.
El golpe a Kim Cheol se estaba retrasando, ¿acaso había una razón específica?

―Jimin, necesito un favor tuyo ―profiere Jungkook―. Conoces a Jung Hoseok, ¿cierto?

―Conozco a media industria. ¿Qué hay con él?

―¿Confías en mí?

―Ciegamente. Aunque seas un impaciente, mentiroso y malhumorado.

―Bien. Escucha con atención. Necesito que Hoseok y tú vayan a Daegu este fin de semana.

Jimin encarna las cejas.

—¿Que Hoseok-hyung y yo qué?

—Te enviaré las coordenadas y te veré el día antes de la partida para  explicarte los detalles.

—¿Cómo sabes que ese hyung querrá salir conmigo?

—Creéme, irá contigo sin pensarlo.






















Se vienen cosas poco heterosexuales con el Kookv.

No dejen a esos dos solos en un hotel en Tokyo porque se incendia la habitación 🔥🔥

Become a gun ➴  𝐤𝐨𝐨𝐤𝐯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora