Become a gun ➴ 𝐤𝐨𝐨𝐤𝐯

18 || Arder en sus brazos

Jungkook sale de la presencia de Kim Cheol y su hijo. Cruzando el jardín delantero, la mano de Taehyung le toma del brazo impidiendo su pronta huida.

—¿Qué tramas? —replica el modelo.

A regañadientes, Jungkook se gira hacia él.
—Tengo prisa —admite. Se le ve diferente ahora, nervioso y agitado.

—Hace rato querías decirme algo —le recuerda Taehyung.

—"Hace rato" es pasado, incluso si fue hace un minuto es pasado. Ahora, «presente», tengo prisa —enuncia por lo bajo.

—¿Por qué murmuras?

Harto de la situación, con un movimiento ágil Jungkook es ahora quien toma el brazo de Taehyung y, a su vez el control. Lo empuja de una forma para nada sutil contra la pared de una estatua que adorna el jardín tan pronto como se escuchan voces acercarse. Se está ocultado, al tiempo que hace lo mismo con Taehyung. Ambos estando tan cerca el uno del otro, que sus cuerpos rozan entre sí.

Taehyung ve la manera en la que Jungkook se cerciora de que no han sido vistos. Su respiración se ha vuelto pesada. Estar así tan próximo a Jungkook le enferma. Su terapeuta era un fiasco. Está bien, lo admite, él había pedido ayuda para olvidar a Jungkook ya que no se encontraba rondando y creía que difícilmente lo volvería a ver en su vida tras haberse deshecho de cualquier tipo de comunicación con él e incluso su mejor amigo Jimin; mas no le pidió un consejo de qué hacer en caso de una reaparición. Su débil corazón parece que en cualquier momento se detendrá.

—¡Agh! —se queja, apenas audible.

Jungkook voltea a verle. Sus narices casi rozando.

—¿Qué sucede?

—Me duele el pecho. He estado teniendo taquicardias.

—Espera un poco —le pide Jungkook. Ve a los sujetos alejarse, entonces voltea nuevamente y acerca sus labios al oído de Taehyung para susurrar en un tono coqueto—: Si te falta el aire yo te puedo ayudar con eso.

Escalofríos recorren todo el cuerpo de Taehyung. Podría derretirse en ese mismo instante y pedir, no, exigir de rodillas que lo tomara y le hiciera suyo en ese mismo lugar.

—Estoy bien —declara, conteniendo el aliento.

—Te ves pálido —asegura Jungkook con una sonrisa burlesca—. ¿Es por mí? ¿Me extrañaste?

Los ojos curiosos de Jungkook observan con satisfacción cómo Taehyung relame sus labios y traga saliva. No obstante, se aleja un poco. En un movimiento aparta con repentina dulzura el desastroso cabello del modelo que cubre parte de uno de sus ojos.

—Imbécil —musita Taehyung.

Jungkook sonríe aún más.
—Apuesto a que sí, porque yo te eché de menos —admite.

Vigila que nadie esté cerca para poder marcharse de una vez de ese lugar, dejando a Taehyung ahí, perplejo, sin poder moverse.

Debía tratarse de otra de sus bromas pesadas, Taehyung intenta convencerse a sí mismo. Si lo había extrañado, ¿por qué no se había comunicado con él? Es más, en primer lugar, ¿por qué se había marchado dejándolo solo con esos sentimientos no correspondidos?