32 || ¡Boo!

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Sus vacilantes pasos le llevan hacia donde su subconsciente le exige; a la inexorable verdad que sobrio y espabilado no puede sostener, a un corazón latente hambriento de amor y afecto.
Porque le cree, esas palabras que se repiten incansables haciendo ecos en su cabeza hasta el punto de marearle son verdaderas. Y Kim Taehyung sabe que sus sentimientos hacia ese enigmático y atrevido, soberbio y osado chico lindo con antecedentes delictivos, está brollando más allá del capricho que pensó que sería inicialmente. Lo necesita a su lado aunque eso signifique la muerte.

Sus nudillos tintados en un ligero tono rosa apenas rasgan la superficie de la puerta, detiene su movimiento al escuchar voces provenir del interior del apartamento. Pega el oído a la puerta para escuchar si es algo por lo que mejor debería dar la vuelta e irse; sabe que Jungkook aún realiza esos trabajos nefastos por lo que no le gustaría verse nuevamente envuelto en eso.

El leve murmullo de un tema musical de género pesado aumenta con brusquedad, haciéndolo brincar del susto. La puerta se abre de golpe para sorpresa de Taehyung. Un Jungkook semidesnudo aparece ante sus sedientos ojos.

Ignorando el extraño contexto tras el ambiente, Taehyung se abalanza hacia Jungkook, rodeando con sus brazos el cuello del menor, acercando su rostro para besarle; no obstante, se detiene un par de centímetros cerca de su boca, sin rozarse, donde ambos pueden sentir el aliento del otro.

Taehyung se relame los labios.
―Olvidemos a los demás, ¿sí? ―propone apenas audible por la música que escapa por la puerta, su mirada sincera clavada en los ojos de Jungkook―. Yo... yo también quiero estar contigo. Quiero que hagamos el amor.

En otro momento, Jungkook habría tomado a Taehyung de la cintura para besarlo apasionadamente, alzándolo en el aire para cargarlo hasta la cama y hacerlo suyo nuevamente, sólo que esta vez, con el conocimiento de una conexión mutua hablada.

La respiración de Jungkook es irregular, no por tener al modelo tan cerca, o por notar el hambre en sus bellos ojos centelleantes.

No le quiere dejar entrar y su cabeza no le da para congeniar una bien elaborada mentira. Haber subido el volumen de la música no había sido buena idea; pudo haberse colocado una camiseta e informar que estaba a punto de salir.

Cuando siente los húmedos y tibios besos de Taehyung sabe que está perdido. Pierde el control de su mente y se maldice por haber tomado tanto de aquella droga.

Acepta sus besos torpemente, preso de los nervios. No sabe cómo, pero Taehyung ha tomado el mando de la situación y ahora se encuentran camino a la cama. Taehyung murmura algo de que la música no le molesta en absoluto, que podría liberarse un poco más augusto su garganta. El sólo recordar los gemidos del modelo y aquella expresión suya de vulnerabilidad hacen que Jungkook quiera arrancarse los cabellos. ¿Por qué justo ahora? ¿Por qué no puede hacer nada al respecto? ¡¿Por qué su aparato reproductor no responde?!

Claro, hay una persona, un fantasma, duchándose en el baño de al lado que podría salir en cualquier momento y todo se destruiría en segundos.

Ha dejado de prestar atención a las palabras de Taehyung, hasta que algo lo trae de vuelta, a la cama, donde nota que el mayor está sobre él, con una expresión confundida.

―¿Te ayudo? ―profiere, en referencia a lo que hay bajo sus bóxeres.

Jungkook se siente tan avergonzado que aparta a Taehyung hacia un lado, quitándolo de encima suyo. Se sienta en la cama y esconde su rostro entre sus manos.

―Yo... ―murmura. «No hables, no hables, no hables. Dirás la verdad

―¿Sigues molesto? ―cuestiona Taehyung, ladeando su cabeza un poco de una manera adorable―. Entre Yoongi-hyung y yo no hay nada. Sólo una vez intenté...

Al escuchar aquello Jungkook levanta la mirada. Justo en ese instante, la puerta del baño se abre.

Como un reflejo, ambos chicos voltean.

Taehyung ve extrañado un escuálido y pálido joven lleno de cicatrices en un desnutrido torso desnudo, una toalla cubre su parte baja, mas puede notar los huesos de su pelvis marcados.

―¿Qué carajo? ―espeta, volteando a ver a Jungkook para recibir una explicación―. ¿Quién carajos es él?

El joven de mirada ausente se ríe, una risa medida, para nada auténtica.
―¿Y con esa boca sucia te lo chupa? ―Para sorpresa de Jungkook, la voz de Bangchan es audible a través de la música―. Así que es él ―admira, reparando a Taehyung de pies a cabeza―. Anda, Kookie, dile quién soy yo. Dile quién "carajos" soy yo.

Jungkook parece haberse quedado sin habla. Todas sus ideas se han esfumado.

Taehyung se pone de pie para enfrentar a Jungkook.

―¿Así que había alguien más en tu vida? ―reprocha. No obstante, no hay tiempo de recriminación.

Bangchan llama la atención de ambos al quitar el seguro de un arma que ha sacado de la nada, aparentemente.

Es ahí cuando Jungkook decide intervenir.
―Deja eso ―ordena. Bangchan apunta hacia Taehyung con el arma.

―Dile quien soy. ¡Oh!... ¿podría espantarse?

―Ya lo espantaste demasiado ―Jungkook intenta dar un paso hacia él, mas Bangchan le lanza una mirada de advertencia, una que conoce bastante bien―. Deja el arma... Bangchan.

Taehyung voltea a ver a Jungkook atónito, mas un sonido incluso más fuerte que la música los deja sumidos en una total oscuridad.

Bangchan ha disparado al bombillo de la luz.
―¡Es Channie! ―grita el nombrado con furor.

El sitio se queda a obscuras y la música aturde a ambos chicos hasta desorientarlos.

Taehyung de pronto siente un jalón que lo obliga a moverse hacia una zona segura; el armario, donde es empujado abruptamente hasta caer al suelo. Su desenfrenado y necesitado corazón le dice que en aquella situación de riesgo ha sido Jungkook intentando salvarle de aquel loco, mas la brillante luz de una linterna alumbra el aterrador rostro de aquel joven desquiciado.

―¡Boo! ―articula, iluminando su propia cara de maniático―. ¿Qué crees? Te quedarás aquí en este «bonito y cómodo» lugar, a como él hizo conmigo, y me aseguraré de que él muera, para que nadie pueda salvarte. Nunca.
















•••

Había una escena que debía ir al inicio, de Hobi y Jimin, pero algo pasó y se eliminó. Debido a que es algo que pasa antes que lo que acaban de leer lo reescribiré como un recuerdo en el siguiente capítulo.

Disculpen la tardanza, he tenido algunos inconvenientes en mi vida personal.

'La tormenta después de la calma.'

Hay más narrativa que diálogo, disculpen eso pero era necesario.

Become a gun ➴  𝐤𝐨𝐨𝐤𝐯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora