El hijo de un peligroso mafioso es visto y grabado en un bar gay, bailando borracho y seductoramente en el pole dance.
Uno de los presentes, Jeon Jungkook, casualmente el enemigo número uno del mafioso presencia el acto. Jungkook no duda en aprovech...
Sus labios agrietados tiemblan ligeramente. Cuando alza sus manos para recibir el dulce gesto de una taza de café, deja al descubierto la palidez de sus esqueléticos brazos.
La sensibilidad aturde la mente de Jung Hoseok. Siente el apretado nudo que se forma en su garganta mientras se pregunta cuánto sufrimiento debió haber pasado los últimos años. Las cosas que decía eran tan horroríficas que sonaban inverosímiles.
Cubre el cuerpo del desconocido con una manta y toma lugar en el asiento frente a él. Se encuentran en la casa de la hermana de Jung, quien salió de viaje hace un par de días.
―¿Dices que... él te mantenía encerrado en el armario de su habitación?
El chico asiente levemente. ―No puedo estar mucho tiempo fuera ―admite―. He escapado porque sé que anda en búsqueda de ese chico.
―¿Te refieres a Taehyung? ―inquiere Hoseok.
―Se siente extraño ―percibe, sus ojos apenas logran adaptarse a la luz de la lámpara―. El exterior. Creo que... no me gusta.
Hoseok se muerde las uñas ansioso por saber la historia de aquel chico y Jungkook, mas no puede presionarlo a hablar, después de tanto tiempo en silencio al joven le cuesta pronunciar ciertas palabras y le toma algo de tiempo formar oraciones completas que tengan sentido.
―No tienes porqué regresar ―profiere Hoseok, sintiendo lástima por el joven―. ¿Qué hay de tu familia?
―¿Familia? Nunca he tenido familia... Aquellos que eran débiles física y, económicamente eran obligados a trabajar para ellos. La paga era la muerte. Yo escapé, al igual que Jungkook.
―¿Cómo es que acabaste de esta forma?
―Apenas y logro recordar por la medicación. Se siente como un sueño lejano.
De un momento a otro la mirada distante de Bangchan desaparece. En su lugar se desdibuja una macabra sonrisa. En un parpadeo, su brazo esquelético se asoman por la manta, toma la taza de café y arroja el contenido directo al rostro de Hoseok quien lanza un quejido.
Su visión ha sido obstruida, por lo que Bangchan aprovecha para buscar algo con lo que atacar al chico. Debido a su lentitud, Hoseok se recupera para detenerlo, lanzándose sobre él, cayendo ambos en el suelo de la sala principal. No obstante, cuando Hoseok se incorpora y gira a Bangchan para comprobar que este se encuentra bien, recibe un golpe con una botella de licor de yacía en el suelo.
Bangchan logra incorporarse con cierta dificultad, viendo como Hoseok se cubre el lugar de la herida, de donde brolla sangre.
―Lo siento, hyung. No quise herirle de esa manera. Pero me gustaría saber qué es lo que esconde.
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