Sábado por la mañana, lleve a Emma conmigo al periódico, hoy no tenía clases y tampoco podía dejarla sola en el cuarto de alquiler. Después de mis recomendaciones entramos al edificio. Siempre venia conmigo cada sábado, Herys la había aceptado a regañadientes pero con Dassler es otro asunto, solo espero que no lo note.
— ¿Puedo comer donas? — me preguntó antes de salir corriendo hacia la mesa.
— Solo donas Emma, nada de café — le indiqué.
Me acerqué a mi escritorio para dejar mis cosas, miré a Emma a lo lejos que conversaba con Víctor, acomodé un lugar para ella sin apartar mi vista del lugar donde estaba.
— ¿No se molestará Dassler de que la hayas traído? — me preguntó Phillip.
— No tiene porqué. Emma no molestará a nadie.
— Eso lo sé, pero Dassler no es Herys.
Vi entrar a James Dassler, llevaba su sombrero y su chaqueta abierta, se acercó a Víctor que conversaba con Emma, tomó una taza y la llenó de café. Miró a Emma pero no dijo nada, Víctor se apartó rápidamente de ahí.
Me acerqué a ellos cuando vi que Emma saludó a James, le ofreció su mano y para mi sorpresa este la tomó y estrechó.— Buenos días señor — le saludé.
— ¿Tú la trajiste? — preguntó con el ceño fruncido.
— Le prometo que no causará problemas, Emma es una niña muy educada — alegué a la vez que ponía mis manos sobre sus pequeños hombros.
— Be... mi tío Benja me enseñó a leer, escribir y modales de una señorita, también me paga clases de piano — presumió Emma. James me vió fijamente a los ojos y noté que se miraban más brillantes ¿estaba conteniendo una risa?
— Le enseñas modales de señorita — repitió. La comisura de su labio hizo un guiño hacía arriba como el día que fui con él en su Cadillac. Dió la vuelta y se metió en su oficina.
Acomodé a Emma en el sitio que habia preparado. Le di un lápiz y algo de papel para entretenerla.
Miré a mi alrededor, a las personas que me rodeaban, tenía un poco más de un año trabajando junto a ellos. Fueron muy amables desde el primer día, se ofrecieron todos ayudarme y darme consejos. Podía decir que eran buenos hombres, buenos esposos como mi compañero Víctor, algunos padres de familia, algunos seguían solteros, como yo, que no salía con nadie, al inicio comencé a inventarme historias sobre citas y eso, pero después me pareció lo más estúpido, así que lo dejé.— Emma, espérame aquí, ya regreso — Emma asintió y yo me levanté de mi asiento — Phillip, vigila a Emma, ya vuelvo.
Llegué a las puertas cerradas de Dassler, toqué fuerte para que me escuchara.
— Pase — dijo del otro lado.
— ¿Tiene algo de tiempo? — pregunté asomando la cabeza.
— Sí, adelante.
Caminé segura recordando como actuan hombres, imponentes, seguros y a veces arrogantes, o bueno, eso es lo que yo había notado.
Me senté en la silla sin pedir permiso antes. Dassler tenía la vista puesta en la ventana, pensativo.— Quería disculparme, señor. Por mi actitud de ayer.
— No te disculpes. Te molestó lo que dije por eso reaccionaste así. Lo entiendo.
— Igual quisiera disculparme...
— ¿Es tu hija? — preguntó de repente cambiando de tema.
— Emma. Sí es mi hija.
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M U J E R C I T A 💋//TERMINADA
RomanceBirmingham, Inglaterra 1912 La vida de Beatriz no ha sido nada fácil, ella tiene que ponerse un disfraz y fingir ser Benjamín, un odiado reportero, todo por su pasión por el periodismo y por querer tener un trabajo digno en un mundo donde todo es do...