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Regresé corriendo a la casa luego que James me dejara en las puertas de la academia. Ayer nos quedamos recostados en su coche conversando y viendo las estrellas hasta quedarnos dormidos.
— Por fin regresaste — escuché la voz de Luisa al cruzar la puerta.
— Lo siento, no pretendía llegar tan tarde.
— El desayuno esta listo — avisó.
— Bien, debo apurarme tengo que ir al trabajo.
— Bea — me detuve al escuchar la voz cautelosa de Luisa.
— ¿Que sucede?
— Emma esta triste, anoche se acostó llorando porque no regresabas.
— Hablaré con ella luego. ¿dónde esta?
— En su cuarto, preparándose.
Quise ir directamente con ella pero ya era muy tarde para poder hablar. Tomé un baño rápido y me puse el traje.
Al salir encontré a Emma en el comedor, me acerqué a ella e intenté dejar un beso en su mejilla el cual esquivó apartando la cara. Me agaché a su altura, ella seguía sin mirarme.— Emma ¿estás molesta? — no contestó. Miré a Luisa de pie detrás de mí — Emma, mírame por favor — pero ella seguía ignorándome.
Me acerqué a Luisa quién me ofrecía una taza de café.
— Será mejor que hablen en la noche, ya casi es medio día Bea.
— Lo sé, se me hizo muy tarde.
— ¡Bea! — exclamó Luisa alarmada. Miraba mi cuello y sus grandes ojos negros estaban desorbitados.
— ¿Que? — dije llevándome la mano hacia allí.
— Tus pestañas están rojizas — corrí rápidamente al cuarto de baño para verme, pensé que esto era demasiado descuidado de mi parte, si sigo así me delateré más temprano que tarde.
— Que tonta — expresé suspirando al ver mi reflejo — No puedo ir a la prensa así.
— Te ayudo a taparlas, puedo intentar si quieres.
— Esta bien pero que sea rápido.
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— Llegas tarde Andrews, Dassler preguntó por ti — me informó Richard en cuanto entré a la prensa.
— Tuve un inconveniente — abrí mi valija y acomodé mis lápices ordenadamente — ¿Dijo algo más?
— Dijo que te espera en su oficina — miré a Philip quién respondió a mi pregunta.
— ¿Cómo esta Víctor? – le pregunté antes de ir con James, digo Dassler.
— Un poco mejor, aunque no lo suficiente para venir al trabajo.
— Dale las condolencias de mi parte.
— Lo haré – respondió y volvió a clavar su vista en su escritorio.
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M U J E R C I T A 💋//TERMINADA
RomansBirmingham, Inglaterra 1912 La vida de Beatriz no ha sido nada fácil, ella tiene que ponerse un disfraz y fingir ser Benjamín, un odiado reportero, todo por su pasión por el periodismo y por querer tener un trabajo digno en un mundo donde todo es do...