Capítulo 16

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La llegada de Alexander y su esposa me tenía nerviosa, sabía por Miriam que eran gente refinada, todo lo contrario a mí pero para mi sorpresa Clara fue muy encantadora conmigo, Alexander bromeó con James hasta que esté paso molesto parte de la cena, lo que me causó mucha gracia, por parte del señor Roberto no hubo mejorías, mantuvo la cara amarga toda la noche.
El siguiente día salí a caminar con James al jardín, la casa tenías amplios campos y aunque era un día gris, lo disfruté por el simple hecho de pasar tiempo con él.
En el día y delante de los demás procuraba tratarme tan bien que me hacía soñar despierta pero durante la noche, James se abstenia al acariciarme, creo que después de decirle que no sabía si quería casarme tomó la decisión de no volver a acercarse tanto.

Los planes de pasar tres días aquí cambiaron y se extendieron a uno más, lo hicimos por petición de Miriam a lo que no pude negarme, esta noche estamos casi todos, a excepción por Roberto Jr. Pero nos acompañaba una hermana del señor Roberto, que es todo lo opuesto a él, la mujer esta llena de vida y sonrisas y se ve muy bien para sus sesenta años. También están Alexander y Clara esta ocasión trajeron a Jeremy, su hijo de 10 años, que es una copia de Alexander más joven.
Rodeamos la mesa que en el centro posa un pavo hornado, hay pan tostado, puré de papas, espero impaciente y muriendo de hambre mientras Miriam y Clara terminan de poner la mesa.

Comenzamos la cena, noto las miradas brillantes que me dan Miriam y Clara, la sonrisa ladeada de Alexander que de vez en cuando me lanza y trato de no ponerme nerviosa, entonces me concentro en mi comida.

— ¿Te ha gustado la cuidad Bea? — pregunta Clara.

— Sí, mucho.

— ¿Te gustaría mudarte aquí algún día? — pregunta Alexander y luego lleva una copa a su boca.

— Talvez, aunque me gusta vivir en Birmingham, mi vida esta allá — digo suavemente queriendo no sonar grosera.

— Que bien que digas eso, porque James prefiere vivir allá también — responde Alexander con una sonrisa traviesa.

Volteo a ver a James quien corta un trozo de pavo y lo lleva a su boca, todo eso mientras le lanza a su hermano una mirada de reproche.

— Viviré donde Beatriz quiera, si ella prefiere mudarse aquí entonces lo haremos, si no pues nos quedamos donde estamos — responde haciendo que mis mejillas se calienten.

— Nunca es bueno seguir a una mujer, eso te lo enseñé James — le dice su padre. Todos prefieren ignorarlo, excepto por Miriam que me acaricia la mano y le sonrie torpemente, no odio a Roberto pero tampoco me agrada.

Clara toma la atención de todos cuando comienza a platicarnos sobre Jeremy y su talento con el piano, recuerdo a Emma quién seguro debe estar molesta conmigo por romper la promesa que le hice, quisiera hablar de ella y que también es muy talentosa al igual que su hijo. Miro a James quién escucha atentamente ajeno a la verdad, mi corazón duele, mis ojos se vuelven acuosos y disimulo tomando un poco de agua.

Miriam y Clara levantan la mesa y me ofrezco ayudar pero me dicen que no hace falta. Las veo ir y venir con bandejas y platos, el pavo que no pudimos terminar, James mete su mano bajo la mesa para tomar la mia y hace circulos sobre mi piel, tomo su mano y enlazo nuestros dedos.

Miriam regresa con un lindo pastel de leche, lo coloca en el centro de la mesa y Clara viene detrás con platos y cubiertos. Me sirven la primera rebanada alegando que soy su invitada por lo tanto merezco el primer trozo. Roberto come su pastel en silencio, Clara sirve mas vino a los demás, mientras que para mí solo hay agua por el supuesto resfriado que padezco.
Llevo mi tercer bocado a la boca, el cual es más delicioso que el anterior.

— ¿Te gusta? — me pregunta Clara.

— Sí, esta delicioso. ¿Quién lo hizo?

— Yo — responde Miriam — Clara se ofreció hacer el postre pero quería ser yo hacer éste que es tan especial — Alexander sonríe con travesura y James de nuevo le lanza otra mirada de reproche.

Deslizo el tenedor sobre la suave y esponjosa masa, entonces me congelo, puedo sentir sus miradas sobre mí y el silencio que llena la mesa. El anillo plateado con la perla rosada aparece entre la masa, ya lo había visto y sabía que las intenciones de James estaban pero aún así no deja de sorprenderme. Lo miro a él quien sonríe al igual que Miriam y Clara, todos dejan sus postres a excepción de Jeremy que sigue comiendo ajeno a todo.
James toma el tenedor de mis dedos y se pone de pie, limpia el anillo con su servilleta todo mientras pone una rodilla sobre el suelo, miro atenta cada uno de sus movimientos, luego con el anillo entre su dedo índice y pulgar pregunta lo que no esperaba esta noche.

— Beatriz ¿me harías el hombre más feliz del mundo, casandote conmigo? — escucho el sollozo de Miriam en el fondo, en mis oidos suena un pitido, todos esperan con ansias mi respuesta, miro el brillo en sus ojos y sin dudarlo dos veces digo que sí.

James desliza el anillo sobre mi dedo, me pongo de pie por instinto con lágrimas en los ojos, James hace lo mismo y me abraza dándome besos en las mojadas mejillas. Estoy feliz, muy feliz, todos se levantan a felicitarnos excepto por el amargado Roberto que sigue comiendo su postre ajeno a lo que sucede enfrente de él.

La velada termina con incontables felicitaciones y la promesa a Clara y Miriam de que planeare la boda junto a ellas. Subimos a la habitación un poco más tarde de la media noche.
Dejo que James me desvista y ponga besos húmedos por cada parte de mi piel, me quita las medias y me deja suavemente sobre la cama, comienza a desvestirse al pie de la cama, se inclina y besa.

Y así cansados y satisfechos nos vamos a dormir.

M U J E R C I T A 💋//TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora