Capítulo 5

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Las calles de la cuidad estaban más concurridas que nunca, la gente cuchicheaba pero yo nunca lograba escuchar lo que decían. Dejé a Emma en la academia y me dispuse a buscar a la señora Collins para pagar las cuotas atrasadas.
Caminé con calma hacia las oficinas, miré muy raro que al entrar ya todos estaban ahí, de Dassler no me sorprendía ya que parecía que el tipo dormía aquí.

— Por fin llegaste.

— Tuve que ir a la academia de Emma.

Phillip se notaba extraño, algo ansioso y a la vez nervioso.

— Encontraron otro cuerpo a las orillas del puente — dijo en un susurro.

— ¿Cómo? ¿Ya saben quien es? — pregunté sin ninguna discreción.

— En eso estaba — dijo Dassler entrando a la sala.

— ¿De quién se trata? — pregunté a la vez que sentía como un abismo se abría bajo mis pies.

— Su nombre es Teodora Bliss. Según dicen del lado norte.

— ¿y que hacía aquí?

— Encontraron más de sus pertenencias a las orillas del río. Al parecer Teodora venía viajando y alguien la interceptó en el camino.

— ¿Cual era su ocupación? — preguntó Timmy que estaba en el fondo.

— Prostituta — dijo Dassler a la vez que nos miraba a la cara a cada uno.

— ¡Que no es obvio! Un hombre las esta asesinando, primero Viola y Carolyn, ahora esta mujer llamada Teodora — la impotencia en mi voz era obvia y mi exaltación se mereció una mirada mordaz por parte de Dassler.

— No sabemos si es el mismo que asesinó a las otras dos — aclaró Víctor.

— Esta demás decir eso — recalqué.

— Benjamín ya cálmate, te estas exaltando demasiado — dijo Dassler.

Tomé asiento para procesar las noticias que me habían dado, la cabeza me daba vueltas y la ansiedad se había alojado en mi estómago. Los demás volvieron a su trabajo.
Luego de un rato Dassler apareció por la puerta y dijo:

— Benjamín ¿Me acompañas? Debo tomar notas sobre el asesinato.

— Sí — contesté a la vez que tomaba mis cosas rápidamente.

Salimos a la calle, que por primera vez en todo el tiempo que tenía de vivir en el vecindario sólo había hombres transcurriendo por ellas.

— Los maridos encerraron a sus mujeres, tienen miedo de que las asesinen — comentó Dassler como sí supiera que estaba pensando.

— ¿Y quien no tendría miedo de eso? Aunque no creo que a ellas les pase nada, es más preocupante para las cortesanas.

— Y sigues con la misma idea Benjamín, nadie te la sacará de la cabeza.

— Es obvio que el asesino odia a las prostitutas de otro modo la víctima fuera cualquiera.

Preferimos caminar, así poder escuchar uno que otro comentario por las calles, especialmente yo quería conocer la opinión publica de los habitantes.

— Señor Dassler. Un gusto saludarlo — dijo un viejo canoso de traje elegante.

— El gusto es mío Señor Patrick. ¿Que lo trae por aquí? Es poco común verlo por las calles.

— Quería ver con mis propios ojos como estaban las personas con la noticia de otro cuerpo.

— Tres en menos de una semana, es algo de lo cual preocuparse — comentó Dassler.

M U J E R C I T A 💋//TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora