Día 23: Hechizo.

3 0 0
                                    

El sol brillaba con intensidad sobre una laguna de aguas claras. A su orilla, una zorra atrapaba un poco en sus manos para luego derramarla sobre su cabeza.
Ella era ajena al cantar de los pájaros, ya que en voz baja pronunciaba su propia melodía, vocalizando. Permaneció un rato de cuclillas, cerca del agua.

En cierto momento se levantó, sacudiendo su blusa negra, al igual que golpeando sus pantalones del mismo color para alejar el posible polvo. El pelaje amarillo que la envolvía adquiría un brillo especial cuando se unía con los rayos del sol.

Firme y descalza, echó un vistazo alrededor, notando que su capa verde seguía tendida sobre una roca.

Luego volvió a mirar el lago que reflejaba el celeste de sus ojos, celeste que para algunos eran como un cielo en el que deseaban perderse y nunca regresar.
Respiró hondo, extendiendo sus manos al frente.

—A la fuerza de la naturaleza voy a invocar, para de su poder un poco tomar. Agua del lago, escucha mi pedido: al otro lado mis pies llegarán sin ningún peligro.

Sus palmas resplandecieron en celeste. Luego, tras sentir la descarga de energía recorrer su cuerpo y desvanecerse, empezó a correr hacia el lago.

Cerró los ojos como un pacto de confianza a la naturaleza. Envuelta en los rayos del sol y la canción de los pajarillos, sintiendo como sus pies eran sostenidos por plataformas circulares de agua, esbozando una gran sonrisa, señal de gratitud. Con su cola ondeando de izquierda a derecha, sintiendo las pequeñas gotas que sus impávidos pasos provocaban al chapotear con el soporte que el lago le regalaba para cumplir su parte del trato.

Cuando sus pies llegaron a tierra firme, se detuvo en seco. Abrió los ojos despacio aún con una sonrisa.
Luego se dio la vuelta para quedar otra vez frente al lago.

—Gracias, naturaleza. Sin ti mi hechizo sería inútil. Sin ti yo sería inútil. Gracias por todo lo hermoso que haces.

Furtuber2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora