Furtuber2020

Día 20: Fuego.

No puedo seguir fingiendo que no duele. A estas alturas no puedo ignorar este sentimiento que corroe mi corazón.
Prometí que le haría frente a cualquier injusticia, ¿entonces por qué está mal que quiera tomar venganza? No entiendo las miradas de indiferencia, como si estuvieran viendo a otro yo que no soy yo. Como si nunca hubiese manifestado antes de lo que soy capaz cuando mi ser torna a un espíritu vengativo.

Quizá porque esta ocasión es diferente. Sí, puede ser. Jamás había sentido tanto odio en mi corazón. Tal vez las intenciones de mi alma quedan manifiestas a los demás, y por eso colocan semblantes de escándalo al considerarme un extraño.

Por más que quiero no puedo dejar eso de lado. No quiero seguir viviendo sabiendo que él vive. El animal que ha estado causando tanto daño y se regodea de ello.

Maldito engendro del infierno. Te la pasas segando vidas, y aún así tienes el descaro de sonreír como si estuvieras recibiendo el pan de cada día.

Pero ya no más.

Las comisuras de tus labios conocerán la amargura de tu propia sangre mientras exclamas piedad.

Reza para que yo no baje de este mástil al que subí para estar más cerca del cielo y así encontrar un atisbo de misericordia.
Reza para que la neblina que cubre la ciudad no desaparezca, porque juro por lo poco bueno que me queda que iré por tu cabeza tan pronto mis ojos ya no tengan obstáculo alguno.

¿Te gusta arrebatar estrellas del cielo nocturno?
Entonces voy a lapidar tu cuerpo en las profundidades del infierno.

¿Te ríes de los débiles?
Veamos cuanto de dura la gracia cuando te alcance.

Encendiste una chispa de odio que se transformó en el fuego abrasador de la furia. Fuego que ni la más rabiosa tempestad podrá apagar.

Ya no soy Ryder. Ya no soy un hechicero. Ya no soy un buen hermano. Ahora mi vida tendrá un nombre y propósito diferente. Ahora seré quien te dé caza, cazador. Así que ve rezando para que el cielo y la tierra detengan este corazón podrido de odio.