JOSEPH QUINN Y TU | Just the two of Us

Benditos sean los analgésicos

-Creí que dirías Jamie- le confieso a Joseph una vez Joe sale de la habitación. 

-Y yo creí que tu te sentirías más cómoda con Joe- me dice.

-Porque? Creo que sería más raro. No es que haya besado antes a mi mejor amigo para sentirme cómoda haciendolo de nuevo. 

Joseph suelta una pequeña sonrisa.

-A decir verdad me alegra escuchar eso.

-¡Acaso lo pensabas!??

Lo miro indignada. Hace cuanto estuvo pensando que Joe y yo habíamos tenido algo. 

-Pues no... Pero un nunca sabe. 

Joseph me toma por la cintura y me deja sobre la cama bajo su cuerpo. 

-Para serte sincero creo que no hubiera podido de los celos si alguien más te besaba.

-Y por eso terminaste vomitando- digo ríendo.

-Valió la pena.

Separa la distancia entre nosotros y me besa intensamente. Su lengua se abre paso por toda mi boca y mis manos viajan de inmediato a rodear su cuello. Siento como se estremece con mi caricia y detiene el beso. 

-Creo que debemos volver con los invitados. 

Suspiro. 

-Tienes razón, tengo que vigilar por mi misma que no se descontrole esto.

Joseph me ayuda a levantar y entramos a la sala cogidos de la mano para encontrarnos a Charlie bailando sexy encima de Nat mientras se quita la camisa y Maya les tira billetes.

-Dios, Maya quiere desnudar a todo el mundo. 

Nos reimos y empezamos a vitorear animando a Charlie. Maya se acerca a nosotros ahora con dos copas llenas y no admite una negativa. 

El liquido quema mi garganta y se que estoy al borde de mi límite de la sobriedad. 

El resto de la noche pasamos entre risas, muchos más tragos y un par de corridas al baño más por parte de Jamie. 

-Ahora todo tiene sentido- me dice Eduardo.

-Que cosa?

-Por que son tan únidos, el alcohol forma lazos fuertes.

Nos reimos y brindamos. Tal vez tiene razón, aunque nos haga ver como alcoholicos, hemos creado un fuerte lazo de amistad. 

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Mi cabeza retumba como si alguien estuviera martillando desde el interior. Trato de moverme pero mi cuerpo se rehusa. Abro los ojos lentamente y la luz entra por las cortinas que olvide cerrar. Definitivamente el vodka y el tequila no se mezclan. 

Siento movimiento a mi lado y me doy vuelta lamentandolo de inmediato. Mi cabeza da vueltas y cierro los ojos para tratar de evitar el mareo. Los abro lentamente de nuevo y visualizo la hermosa imágen de mi novio profundo y con la boca abierta. 

Me río internamente, y debo estar muy enamorada porque lo primero que puedo pensar es en que se ve muy adorable. Tomo mi teléfono y reviso la hora. 

¡Ya son las 12 del día!

-Dios.

Me levanto muy lentamente y me pongo mi bata. Camino hasta la cocina y me sirvo un gran vaso de agua. Busco en el gabinete de emergencia y me engullo dos analgésicos para sobrellevar el dolor. 

-Silencio!!

Alguien grita desde la sala y corro de inmediato para encontrar a Jamie tirado en mi sofá sin camisa y con cara de querer morir y matar.