Pequeña Kurumi

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Al final del dia tuve que decirle mi verdadero nombre, no era bueno que saliera por ahi llamandome asì.

Gracias a Dios las clases transcurrieron normalmente, no pasò nada interesante, solo que una chica autoproclamada la mejor hacker del mundo, estaba vociferando sus mas grandes hazañas que para mi no eran mas que patrañas. Su nombre era Kurumi, era una niña, en el exterior, no sè si en verdad tenia edad para estar ahi. ¿Al menos tenia 10 años? , oh bueno, era muy inteligente, supongo que eso lo compensa..de algun modo.

Estaba en los casilleros, dejando mi muda de zapatos de exterior cuando la diminuta Kurumi se me acercò con la misma actitud fria que yo.

- Saludos, Takina -Apartò la mirada en cuanto dijo mi nombre, ¿le caerè mal? -, he notado que no te agradaron mis menti- Tociò, muy obvia la verdad - ,digo, mis verdaderas hazañas , en serio las hice.Creeme.

- Aja.. - Escupi, entrecerrando los ojos. ¿Nadie en esta escuela podia ser normal? -. Mira, no debes preocuparte por còmo yo me tome tus historias, no puedes caerles bien a todo el mundo, pero que eso no te detenga.

- Tan..seria . Ugh, los mayores son tan aburridos -Refunfuñò por lo bajo haciendo un puchero, con eso, confirmè mis sospechas. ¡Era una niña a la que provocaban jalarle las mejillas!.

- ¿por què me miras tan intensa de repente? - Kurumi dio un paso atras, atrapandome con las manos en la masa. Se dio cuenta de que queria jalarle las mejillas, diablos.

- ¿Viendote?, nada de eso - Menti, apartando la mirada. Estaba empezando a sudar. Fije mi vista en cualquier cosa que lograra engañar a Kurumi, de repente vi algo grande y carnoso, recuvierto por una fina tela griszacea. Dios mio...era el trasero de Chisato el que estaba a unos diez metros de nosotras. La mas baja tambièn observò lo mismo que yo, luego me mirò, aguantando una incontrolable risilla.

- ¡Què pervertida, takina. Mirando los traseros de las de segundo! - Estallò en carcajadas, dejando a simple vista un par de lagrimas. Que una niña te llame pervertida sì que pesaba mucho, mas de lo que imaginaba.

Traseros, por favor. ¿¡COMO DIABLOS SE ME OCURRIÒ MIRAR AHI!?.

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora