- Cuñada.

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El chico entró con tanta familiaridad al lugar. Lucía una sonrisa desquiciada mientras sacaba a relucir su pistola, pequeña, pero con un cañón grueso e intimidante.

Todos nos congelamos, era una situación repentina de asalto después de todo. Yo me encogí en mi silla sin dejar de mirar el arma que aún seguía sin usarse y pensé: Si sólo es él no tendré problemas en noquearlo o algo.

Estaba confiando de mi habilidad física. Desde pequeña mis parientes lejanos me enseñaron cómo defenderme para situaciones exactamente como esas.

Curioso, no?.

Junté el valor que necesitaba y moví la silla hacia atrás para impulsarme, correr lo más rápido y darle un manotazo detrás de su cuello. Lo visualicé así y estaba a punto de hacerlo , cuando una chiquilla de cabello rubio alzó la voz sermoneando.

- UGH! -Chisato chilló como una niña haciendo un berrinche - . Majima, deja de hacer eso, los asustas! Idiota!.

- Me encanta que me teman - Sonrió el otro, viéndose cínico a lo que Chisato murmuró:

- En serio somos hermanos..?.

Yo miré de un lado al otro, sin quitar mi expresión de desconcierto. La profesora Misuki comprendió lo que me me estaba molestando.

- Esos dos son hermanos. Bueno, eso dicen lo médicos- Me dijo, bajando la voz casi en un susurro. Yo asentí sin dejar de mirar a los niños pelear.

- Mira, no está bien que vengas aquí con una pistola. La escondí bien, como la encontraste?.

- Estaba en el cajón de tus pantis, fue sencillo - Majima río, está vez apuntando a su hermana con el arma.

Chisato suspiró. Dio una gran zancada, extendió su brazo e inmovilizó a su compañero sin darle oportunidad de responder. Me levanté de mi sitio con la boca abierta. No sabía que ella se podía mover así. Otra cosa que no sabía de ella. Increíble.

La gente se calmó. Algunos se rieron por lo bajo comentando que esto pasaba seguido. No pude evitar fruncir el ceño y negar con la cabeza.

- Mmm. Veo que alguien se levantó, hermanita -Majima gimió aún con el brazo bajo control de la otra. Sus ojos desgastados se posaron en mí, fue tan penetrante que deje herizo la piel al instante. Enarco las cejas y luego miró a Chisato -. Quién es ella?.

- Takina, será mejor que te comportes. Ella pudo asustarse.

Lo soltó a regañadientes y se sacudió el polvo de su ropa. Ella volteó, seguramente a dirigirse a mí, pero una mancha negra se movió más rápido que el ojo humano y me encaró. Estaba tan cerca que sentí su mirada por todo mi cuerpo, alma y espíritu.

El pelo verdoso se sacudió y él sonrió, no sé si fue de forma amigable o no, las expresiones de ese tipo eran muy extrañas.

- Eh, detente! -Grito la otra desde el extremo contrario. Se notaba preocupada.

Por mi parte no dejé de temblar, mis piernas no respondieron más y me dejé caer a la silla. Él sonrió más.

- Así que tú eres Takina... Interesante.

- A-Ah si..

La voz apenas salía de mi garganta.

- Bueno - Dejó de mirarme, en cambio, miró a Chisato y rio - .Hola, cuñada.

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora