Ella está enferma.

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-Buenos días,Takina.

-Oh, buenos días, Kurumi.

Era lunes por la mañana. Tan temprano como siempre ella y yo teníamos nuestro pequeño intercambio en los casilleros para cambiarse de zapatos. Me sentí normal, no estaba molesta ni tenia ganas de matar al ser que estaba frente a mi y se llamaba Kurumi.

-Mira -Terminando de acomodarse su nuevo par me mirò con algo de pena al tiempo que sus mejillas se teñian de rojo -. Lo siento, por no ir el fin de semana... De verdad me surgio algo a ultimo momento y-

-Esta bien, no te preocupes.

Por mi parte le negué con la cabeza, haciéndole un gesto de que le restara impotancia. Esa noche después de que Senpai y yo nos hicimos amigas pude pensar mejor las cosas y es que sino fuese por la pequeña, Senpai y yo no habriamos llegado a buenos términos. Mi estima por Kurumi no ha hecho mas que crecer.

Con una ligera sonrisa le acaricie la cabeza como a un niño que ha hecho algo bueno y, es que desde mi perspectiva, asi fue.

-Mmm. Bueno, además deeso también vine a decirte que Chisato no vendrá hoy.

Su voz salio como un gruñido mientras quitaba brusca pero tiernamente mi mano de su cabeza. Mis ojos se agrandaron y me sorprendi más de lo quería.

¿Tanto me afectó que ella se encontrara mal...?

-Y-ya veo...Eso puede explicar porque no vino hoy a mi casa.

-¿Ella va a buscarte a tu casa? -Kurumi enarco una ceja. Me hizo señas para que continuaramos nuestra charla mientras caminábamos a lo que accedi de inmediato -. ¿Qué clase de relación tienen ustedes?.

-Eh... amigas, por lo que tengo entendido.

No pareció comprenderme por lo que fruncio su ceño y respondió:

-Pueden haber dos razones para que ella haga eso; O le caes demasiado bien, o -Se detuvo en seco y miro el piso con los ojos casi cerrados - O le gustas...

Imposible, ¿Cierto?. Eso pensaría si no se me hubiese declarado con lagrimas el otro dia. ¡Estaba al tanto de que me veía de otra manera!, pero, eso con el tiempo cambiaria, ¿verdad?. Ese era mi plan, esperar como si nada a que sus sentimientos desaparecieran y seguir como si nada.

-Vaya, vaya -Kurumi sonrió de oreja a oreja . Su vocecilla aguda me sacó de lleno de mis pensamientos haciendo que mi atención estuviese puesta en ella -. No dices nada, ¿Sera que el sentimiento es mutuo?.

-¿Qué..? por supuesto que n-

-¡Incluso tienes las mejillas rojas!.

Y asi fuiamos al salón ignorando el cartel de prohibido correr que estaba colgado en la pared junto con otros papeles. Kurumi iba delante, con una sonrisa divertida, mientras que yo iba detrás, con ganas de acariciarle la cabeza con un escritorio.

Dentro del salón,ya sentadas en nuestras sillas quise comprobar si lo que dijo era cierto. Toque con delicadeza mi mejilla izquierda y arrugue la frente.

-Si estaba un poquito caliente después de todo...

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora