Mis dias contigo

-¡Chisato!.

- Kurumi, ¿Alguna vez te has puesto nerviosa por llamar a alguien por su nombre?.

- ¿Qué?.

Lunes por la mañana, la rutina comenzó nuevamente. La pequeña rubia sentada en frente de mí parecía más que confundida por mi interrogante.

El descanso apenas daba inicio, pero con mi comida casi quemada de esa mañana perdí el apetito por completo.

- No me hagas repetirlo, sé que esa pregunta es extraña.

Más extraña era yo, que no pude dormir pensando en ello.

Kurumi lo meditó por un segundo y le dió un sorbo a su jugo de cartón.

- Bueno, en este país eso es señal de confianza y aprecio, así que supongo que es normal estar nervioso.

- ...

- ¿A quien querías llamar por su nombre, Takina? - Kurumi, con su expresión fría de todos los días , me interrogó sin dejar de lado su jugo -. ¿Será la profesora Misuki?, es linda, pero creo que es mejor no meterse con ella, parece que tiene una doble vida.

Y no era la única en ese instituto.

- Solo pregunto por curiosidad, siempre es bueno aprender-

- ¡Al diablo el aprendizaje, solo quiero hackear la Casa Blanca!.

Al decir eso, obviamente en broma, imaginé la posibilidad de que ella también estuviera involucrada en el incidente de la torre abandonada o en mi secuestro. Alguien tuvo que decirle a Senpai dónde me ubicaba para poder rescatarme como lo hizo.

Pensando así muchas piezas encajaban bien en mi cabeza, pero sonaba poco realista que Kurumi en verdad fuera una hacker profesional. Sí, le di rienda suelta a mí imaginación.

- Chisato parece estar ocupada el día de hoy.

- ¿Uh? ¿Porqué hablas de ella tan de repente?.

Con su pequeña mano apuntó al pasillo, donde Senpai y Fuki discutían.

- Se ve que es algo serio - Añadió mientras guardaba su lonchera. Fijé mi mirada en ellas, sus frentes estaban arrugadas y su charla no pareció terminar pronto.

- ... Sí que se ve serio.

- ¿Que qué me pasa? no es nada, solo tengo que recostarme. Los exámenes son una locura en segundo año...

Se estiró los brazos y dejó salir un descuidado bostezo.

No estuve conforme con su respuesta, pero tampoco podía obligarla a hablar.

- ¡Vamos, no te preocupes, estaré bien!.

Otra vez me quedé en silencio, tal vez la estaba incomodando.

Ella se encorvó y miró directo a la calzada donde caminábamos lentamente.

- ...Hey, Takina. Sí dejara de venir por alguna razón, ¿te sentirías sola o triste? - Cuando dijo eso, una sonrisa pequeña se dibujó en su rostro. Me detuve, mirando como un objeto raro a mi Senpai.

- ¿Qué dices?.

- Bueno, tienes razón, sería tonto de mí parte preguntar algo así.

Me estaba escondiendo algo.

- Puedes decirme lo que quieras, sea tonto o no - Me mantuve firme, sorprendiéndose tragó saliva y suspiró.

- Tengo una semana para decidir si voy a la universidad en Kyoto.

- Eso es bueno, ¿No?, ir a una universidad- Me corté con mis palabras. Abrí los ojos y la tomé por los hombros - . Sí te vas , ¿Que va a pasar con lo que te queda de instituto? ¡Aún te falta terminar dos años!.

- Te dije que soy una chica especial, ¿Recuerdas? - Me respondió rápido, sin verme a la cara - . Gracias al instituto Alan puedo saltarme estos años e ir directamente a estudiar.

Apreté los dientes y la miré de forma desgarradora - .¿Si tenías esa opción porqué esperaste tanto?.

Ahí fue cuando ella me miró a los ojos y lo comprendí.

- Porque tuve la esperanza de que te volvería a ver por aquí y decidí esperar.

La solté y me alejé unos metros de ella. Mi rostro ardía, por lo que cubri gran parte con mis manos.

- Idiota, realmente eres idiota.

Senpai sonrió - . Los idiotas somos idiotas, entiéndelo, Takina.

Sí, eso era cierto. Eras una idiota que no sé cómo, no se cuando, logró cambiarme.

- Bueno, como te decía, la almohada me llama.

Con un ligero movimiento de manos se despidió.

Pero aún tenía algo que decirle, la almohada tenis que esperar.

- ¡Espera... Chisato, espera! - Extendí mi mano y tomé la suya. Ella se dio vuelta con la boca abierta.

- M-Me dijiste por mi nombre...

- ....¿Uh?.

¿Realmente lo hice?.