Tu y yo desde hace tiempo

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Según ella todo empezó hace varios años atrás. Más específico, en la escuela. Ella cursaba el quinto grado junto con su grupo de amigas, mantenía su carisma y dulzura aún siendo tan joven.

Pero no todo era color de rosas. Un día, como ya sabrás, algo pasó, algo tan grande que marcó la vida de mi Senpai.

- Recibí esto ayer.

Con su voz jovial y encantadora, Chisato hizo acto de presencia en su pequeño grupo, para mi sorpresa, Fuki estaba en él. Llevaba en sus pequeñas manos un colgante bastante peculiar, uno en forma de búho y que mantenía un color a madera muy llamativo.

Las niñas parecieron asombrarse, pero una de ellas sabía bien de qué se trataba ese colgante.

- ¿Te lo dieron de parte del Instituto Alan?.

- ¿El qué? - Preguntó una de ellas. Chisato se encogió pero asintió.

- Así es... Parece que vieron un talento en mí o algo así dijeron.

- Oaah, increíble - Dijo otra levantando los brazos, pero luego de un segundo los bajó - .¿Eso significa que eres superior a nosotras?.

- ¿Superior? - Repitió Senpai con duda, parece que aún no conocía el significado de la palabra - . Supongo que sí, ¿Es malo?.

- ¿¡ Y lo preguntas!? , Claro que es malo.

- Si eres superior entonces nosotras no somos nadie para estar contigo.

- ¿En serio? Yo no lo veo de esa forma, chicas...

Senpai estaba tratando de mantener la calma, pero, como ella me dijo, por dentro solo quería lanzarse a llorar.

Fuki no decía nada, al parecer era del tipo calladas en su niñez, qué sorpresa.

- Vámonos, Chisato no tiene por qué estar con nosotras, no somos lo suficiente como para estar a su lado.

- E-Esperen, Monse vayan...

Y desde ahí, comenzó su momento de Soledad.

Senpai me dijo que tardó días en volver a entablar una conversación con otra persona sin que le discriminaran por ser una de las niñas de Alan, a mí me pareció envidia de parte de los demás.

Vi en ella una sonrisa mientras me contaba lo sucedido un día, más o menos después de un mes de lo ocurrido con sus amigas. Se oían rumores de que una nueva niña había ingresado al cuarto grado a mediados del año.

Su belleza y frialdad eran notorios al igual que su inteligencia.

En la hora del recreo, Chisato estaba sentada en un pequeño muro detrás de la escuela, donde no había gente ni ruidos de vida.

Mientras comía desganada escuchó unos pasos hacia ese lugar y todos sus sentidos entraron en alerta.

- Oh, parece que no soy la única que viene aquí para comer.

Para mi sorpresa, esa niña se parecía mucho a mí, hasta que Senpai me confirmó de que en verdad era yo.

La yo pequeña se había encontrado con la Senpai pequeña hace muchos años. No sabía cómo reaccionar.

Siguiendo con el hilo de la historia, la pequeña yo se le acercó a Senpai con cautela.

- Parece que estás llorando, niña.

Senpai se secó rápidamente la lágrima de su ojo y miró a la otra con rabia.

- ¿Si es así, tienes algún problema?.

- En absoluto - Sin que ella diera permiso la pequeña se sentó viéndose tan inexpresiva como lo soy actualmente - , llorar es una forma sana de dejar salir el dolor que llevamos dentro.

Senpai se vio confundida, pero con una pequeña mirada dijo:

- ¿Eres la niña que se acaba de transferir, verdad?.

- Los rumores vuelan rápido.

- Umm.

- Sé libre de preguntar lo que quieras - Sacó su lonchera e hizo una mueca al ver en su desayuno japonés unos brotes de brócoli - .¿ Los quieres? Yo no.

- Uh, a mí tampoco me gustan, pero no los podemos tirar... Dame esas cosas.

Luego de intercambiar unas cosas de sus desayunos, Chisato continuó.

- ¿ No vas a decirme algo sobre este colgante de aquí?. Digo, no quiero sonar ....

- ¿Tedías un colgande? - Con los palillos en su boca la pequeña miró con desinterés el artículo de su mayor. Luego miró la miró a la cara y dijo:

- Eres del Instituto Alan, ¿Y qué? ¿El mundo se acabará o algo así?.

- Uh, bueno, no, pero, mis amigas me dijeron que esto era mi marca de superioridad ante los demás y ahora nadie quiere estar conmigo.

La otra siguió con los palillos en su boca, pensando en una buena respuesta o tal vez pensando en qué habría para almorzar.

- Los demás son unos tontos, esos no son amigos de verdad. Es por eso que estoy sola.

- uh..

Senpai tardó en comprenderlo, el que Alan le viera potencial no significaría que su vida terminaría ahí, sino que le abriría nuevas puertas para conseguir un nuevo futuro. Si esas personas con las que pasaba tiempo la rechazaban era una muestra de que su interés era poco para estar con ella.

- Ahora lo comprendo - Dijo después de un rato en silencio - . Tus palabras me dieron ánimo.

- No era del todo mi intención ayudarte, pero bueno - Ella hizo otra mueca de disgusto al encontrar otro pedazo de brócoli enterrado en su comida, con disgusto lo tomó entre sus palillos y se dirigió a su acompañante - Toma, no lo quiero.

- ¿Otro más?.

- Solo abre la boca, te lo daré.

- Bueno... - Los niños no tenían la capacidad para comprender lo que significaba esa escena. El darle comida a alguien era algo especial y mucho más cuando lo hacías con tus palillos ya usados, en otras palabras...

- ¿ Esto es lo que los adultos llaman " beso indirecto"?.

Senpai comentó aquello después de comer la última pieza de brócoli.

- Eso creo.

- Um, ya veo.

La cara de Chisato se tornó roja como los tomates de su ensalada.

- Ese fue mi primer beso indirecto - Dijo Senpai mientras desviaba la mirada.

- ¿Quieres un beso de verdad? .

- ¿Eh? ¿Qué diablos dice-

Antes de que pudiera acabar, la menor le robó su primer y único beso. No duró mucho tiempo, la primera en separarse fue la pequeña que con una mirada inexpresiva se dirigió a su lonchera y siguió comiendo.

Senpai por otro lado se quedó sin palabras.

Más tarde se enteró de que ella se llamaba Takina Inoue y que una semana después fue transferida a otra escuela, dejándola sola con esos sentimientos confusos hasta el día en que los cerezos volvieron a florecer en la preparatoria. Desde ese momento lo tuvo claro.

Estaba enamorada de esa niña, estaba enamorada de mí.

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora