De camino a casa

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Las flores de cerezo se veìan hermosas mientras caìan en las aceras de las calles, acompañadas de una suave y refrescante brisa primaveral que ondeaba mi falda con suavidad. Respirè hondo y seguì mi camino, hoy salì un poco màs tarde de lo usual, todo gracias a que me quedè sumergida en mi celular tratando de cambiarle la contraseña. Por una extraña razòn cada vez que lo enciendo està desconfigurado. Empezaba a creer que Kurumi estaba detràs de todo eso, pero no dije nada, no tenìa pruebas.

Estaba regresando a mi hogar a no muy tempranas horas de la tarde. No me hubiese afectado si cierta persona no se hubiese unido a mi camino de retorno.

La mirè apenas mientras caminaba, notè que su corto cabello rubio era en realidad adorable y hasta cierto punto bonito. Mirè mas abajo y me encontrè con su rostro luciendo una sonrisa, parecìa infantil segùn yo. Ella volteò inclinando la cabeza. ¿Se habrà dado cuenta de que la he visto por un tiempo?.

- ¿Me veo linda o tengo algo en la cara?.

Rayos, me ha visto.

- No es nada, solo que pareces una niña grande -Me excusè fingiendo desinterès, crucè mis brazos y me detuve al momento que ella se detuvo -¿Que pasa?.

- ¿Niña grande, uh? -Repitiò, esta vez un poco màs bajo, casi como si lo hiciera para sì misma -. Eres extraña, Takina - Y ahì estaba de nuevo, sonrièndome como otras veces. Me sorprende que nunca se moleste por mis comentarios groseros -. Aunque eso me hace pensar, si yo soy una niña grande... ¿Entonces què seràs tù?.

Le iba a responder algo cuando empezò a reir. No fue descontrolado como pensè, fue sutil, llevàndose una mano a sus labios reprimiò su risilla. Me hizo sonrojar de la verguenza. La chica era inteligente despues de todo, eh .

- Hmp. Si no te apuras te dejarè atràs -Y con eso, me fui, esperando perderla de vista. Escuchè unos pasos a mi lado y cuando volteè ¡BAM! ahì estaba. ¿Tenìa cohetes en los pies o què?.

El resto del camino fue silencioso. Dejamos que el ajetreo de la ciudad inundara nuestra caminata mientras dabamos pasos constantes. De ves en cuando la miraba a ella con el rabillo del ojo, solo para asegurarme de que no se distragera con algo, no me parecia bonita ni nada.

- Es aquì -Le indiquè al final de la cuadra mientras señalaba un gran edificio gris repleto de ventanas. Senpai abriò tanto los ojos que me dio gracia, pero no lo manifestè.

- ¿Vives en què piso, Takina?.

- En el quinto piso.

- ¿No te da miedo estar tan alto?

- No, no soy una niña pequeña como tù -Dicho eso comencè a avanzar, dejàndola sola, luego notè que ella aùn seguia ahi de pie. No la iba a llevar a casa, que quede claro.

- ¿Pasa algo? -Preguntè, devolvièndome a su lado. Ella meneò la cabeza de lado a lado.

- Supongo que nos veremos mañana -Dijo con una pequeña sonrisa -. Bueno, me retiro. ¡Adiòs! - Vi que se empezò a ir por el camino por donde vinimos.

- Senpai, espera. ¿Donde rayos vives? -La detuve, al ver que seguìa exactamente el mismo camino de hace un momento. ¿No vivìa por estos lados?.

- Ah, vivo al lado contrario de tu casa, Takina -Sonriò alegre.

- ¿Lado contrario? -Lo meditè por un seundo -. ¿¡Si vives tan alejada de mi casa por què quisiste acompañarme!? ¡Tendràs que caminar el doble ahora!.

- Lo sè, solo querìa saber dònde vive Takina. Y ahora que lo sè, puedo tener la consciencia tranquila -Riò mientras se alejaba. Ya estaba oscureciendo y a esas horas la ciudad podìa tornarse un poco insegura para una chica tan ... como Senpai...

Abrì mi boca, pero no saliò mi voz, la vi alejarse. Fue ahì donde apretè mis puños y gritè:

" ¡Me escribes un mensaje cuando llegues a casa!"

senpai volteò, ya estaba bastante lejos, solo pude ver que asintiò con la cabeza, no divisè su reacciòn por culpa de lo lejos que se encontraba. ¿Estarìa tan sonprendida como yo por esas palabras?, creo que nunca lo sabrè.

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora