¿No lo reconoces?.

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Mi visión se nubló. Delante de mí escuché cómo los cuerpos de Fuki y Erika cayeron como sacos al suelo. El humo se filtró por mi nariz y empecé a respirar más pesada. Luego, en una mínima de segundo, me desplome también.

- ...Sen...pai - Toci, ya cerrando los ojos.

- ¿Así que esto era lo que querías decirme, Takina?.

Me encontré sentada en el piso, en algún lugar que no que no conocía. Senpai estaba de cuclillas frente a mí. Sonreía como siempre, mientras que yo mostraba una cara de confusión. Ambas estábamos en uniformes escolares.

- ...¿Qué está pasando?.

- ¿Mmm? ¿No lo ves? . Este es tu subconsciente - Aún en su posición alzó los brazos y levantó la vista - . De alguna forma tu cerebro manifestó una figura de mí en tus últimos momentos de vida.

¿Sub... qué?. ¿Ya estaba muerta? .¿Así de rápido perdí la vida y sin poder cumplir con los objetivos?.

- ...No te salvé de esos tiranos, Senpai - Murmuré mientras sentí un nudo formarse en mi garganta - ...Ni a ti, ni a Erika..

Ella no mostró nada más allá de su sonrisa habitual, casi haciéndome pensar de que se trataba de un robot programado.

- ¿Alguna idea del porqué crees que estoy en tus últimos segundos de vida?.

- ¿Uh?.

Una razón era lo que ella buscaba, ¿Como le iba a dar una razón cuando yo ni siquiera sabía que algo así pasaría?.

Guardé silencio y encogí mis piernas sobre mi pecho - . No lo sé.

Pareció poco conforme con mi respuesta por lo que hizo un puchero inflando sus mejillas como un pez globo .

- Takina~ no seas así, si no me dices te irás al más allá sin haber puesto orden a tus pensamientos y sentimientos.

Tragué saliva al ver su intención, decirle lo que sentía por ella. Negué otra vez, con la cabeza mientras arrugaba la frente.

- Prefiero dejarlo así y ya.

Ahora fue ella quién guardó silencio. Pareció meditarlo por un momento y luego me preguntó algo que me dejó contra la pared.

- ¿Te importo tan poco?.

Fue corto, sus palabras salieron como proyectiles a mis oídos y destrozaron lo que me quedaba en mi interior.

Claro que me importas, ¿Creias que haría eso por cualquier persona? ¿Arriesgar así mi vida?. Jamás...

- Tú me dices una cosa, pero tú expresión me está diciendo lo contrario ahora mismo - Acortando la distancia entre nosotras posó una de sus manos en mi mejilla y me dedicó una suave caricia - . Tus mejillas están tan rojas justo ahora.

Solté un quejido, pero no hice nada para detenerla - . ¿Si ves que es algo que no puedo expresar en palabras, porqué quieres que te lo diga?.

Aún con la curva de sus labios arqueada hacia arriba ella soltó una risita.

- Tal vez dicen que un gesto vale más que mil palabras, pero quiero que lo admitas, me dices algo, pero te contradices - Mientras me decía eso, no cesó de acariciar mis mejillas, más rojas que antes por su contacto y su cercanía - . Como tu consciencia no me gustaría que te fueras sin decirme en verdad lo que te pasa.

- No lo haré.

Me levanté y miré a mi alrededor para comprobar el lugar donde estaba, todo era blanco y resplandeciente para mis débiles ojos.

- No puedes irte, solo estamos tú y yo.

- ¡Por esa razón debo irme! - Me apresuré a decir - ¡No quiero decirte nada por el simple hecho de que no voy a morir!.

- ...¿Qué te hace pensar eso?. Estuviste en medio de una explosión, te caíste y tu cara se raspó con un trozo de vidrio, ¿Qué más pruebas necesitas para admitir tu muerte?.

- ¿¡Aún siendo mi cerebro no lo entiendes!? - Tomé aire y continué - ¡No voy a morir porque voy a salvar a Senpai!.

- Ella puede estar muerta mientras hablamos.

- ¡No! ¡Ella no se dejaría tocar por esos tipos , yo lo sé bien!.

- Estás armando un escándalo, cálmate - Se reincorporó y me miró asustada.

- ¡Haré todo el escándalo que sea necesario para que comprendas que lo que siento por Senpai no será arrastrado hasta la muerte! - En algún punto olvidé respirar, comencé a sudar y mis mejillas ardían más que nunca - ¡Lo que yo... Lo que yo siento por ella no será arrebatado por nadie!.

Logré escuchar un sonido de pisadas cerca de mí.

- Despierta, cuñada. Nuestra Chisato nos espera.

Majima me habló y no fue mi imaginación.

Estaba en frente de mí.

Mis dias contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora