CAPÍTULO 32

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SEUNGKWAN

No mucho después de haber hablado con Joshua, justo alrededor de la semana diez del embarazo, comenzó a ser más visible, y me di cuenta de que no podía mantener esto oculto por mucho más tiempo. Solo me quedaban de ocho a diez semanas para enfrentarlo y descubrir qué iba a hacer en el futuro. Pero pensar en eso era aterrador, así que me distraje visitando a mi hermano todo el tiempo.

El único problema era que estaba durmiendo cuando yo entraba, así que no ofrecía mucha distracción. No es que pueda culparlo por eso.

Puse los cómics que me había pedido sobre la mesa de noche y me senté en la silla de visitas junto a la cama. Recordé cuando mi madre estaba embarazada de Samuel. Había estado tan emocionado de tener otro hermano o hermana después de mucho tiempo de Seul. Mi padre todavía estaba vivo en ese momento y también estaba extasiado. Había tanto amor en sus ojos cuando Samuel llegó.

Quería ese tipo de felicidad en torno al nacimiento de mi hijo. No todo este miedo y preocupación. No fue culpa de ellos que yo hubiera elegido un momento inoportuno para quedar embarazado.

Miré hacia arriba cuando la puerta de la habitación del hospital se abrió detrás de mí y entró mi hermana.

– ¿Seul? – Pregunté en voz baja.

– Hola, Kwanie – Ella se sentó en otra silla junto a la mía – No sabía que estarías aquí.

– Renuncié a mi trabajo – Miré al suelo – Mi segundo trabajo, quiero decir.

– Oh, mamá no lo dijo.

– No le he dicho nada a ella – De todos modos, estaba bastante estresada. Y podría haberme preguntado por qué renuncié, y no estaba listo para decirle que no tenía la energía para hacer dos trabajos mientras mi cuerpo atravesaba el embarazo a una velocidad vertiginosa.

– Kwanie, ¿está todo bien?

– No, nada estaba bien. Miré a mi hermana, la chica con la que solía construir fortalezas de almohadas cuando era más joven. Si no podía decirle a ella... ¿entonces a quién?

– ¿Recuerdas cómo dijiste que estabas preocupada de que encontrara un dragón que me gustara?

– ¿Eso pasó? No dijiste nada cuando regresaste.

Pasé una mano por mi cabello.

– Más o menos. La cosa es que no dije nada cuando volví porque las cosas no funcionaron, ¿sabes?

– ¿Es por eso que has estado tan triste?

– Algo así – Aparté la vista – En parte.

– Hay algo más, ¿verdad?

Tragué.

– Estoy embarazado – Admití – Lo hicimos solo una vez, y estoy embarazado.

Seul parpadeó, pero no fue ella la primera en responder.

– ¿Tú qué? – Samuel parpadeó abriendo los ojos – ¿De verdad?

Mi hermana y yo lo miramos fijamente.

– ¿No estabas durmiendo? – Le pregunté – Disimulado, pequeño…

Él rió.

– No desde que Seul entró.

– Oh, tú – Seul movió su brazo. Luego se volvió hacia mí – ¿Estás realmente embarazado?

– Sí – Intervino Samuel – ¿Lo estás?

Esto no era exactamente como había imaginado que esta conversación iba a suceder, pero bueno.

– Sí lo estoy. Aproximadamente diez semanas de embarazo de un niño dragón.

– Oh, wow – Los ojos de Samuel se abrieron de par en par – Oye, ¡eso significa que voy a ser tío! ¿Es un niño o una niña?

– No lo sé, todavía – Y honestamente, siempre y cuando estuvieran sanos, realmente no me importaba, pero se sentía insensible decirle eso a mi hermano enfermo.

– ¿Le has contado a mamá? – Preguntó Seul.

– Aún no. Realmente no se lo he contado a nadie.

– ¿Tu dragón lo sabe?

Negué con la cabeza, mordiéndome el labio.

– Oh, Kwanie – Seul se inclinó para darme un abrazo – Esto es tan repentino.

– Ya lo dijiste – Susurré – Este niño va a estar aquí en diez semanas, a más tardar.

Ella quitó algunos cabellos de mi rostro.

– No tiene que ser algo malo.

– ¿Por qué sería algo malo? – Preguntó Samuel – Kwan va a ser un gran padre.

– Porque el dinero es...

– Oh, silencio – Mi hermana me calló – Vamos a hacer que funcione. Siempre lo hacemos.

Parpadeé para contener las lágrimas, porque esta reacción fue mejor de lo que me había atrevido a esperar.

– No quiero que tengas que…

– Kwaaan– Dijo el apodo casi como si estuviera enojada conmigo – Pon ya una sonrisa. Nuestra familia está creciendo. No puedo esperar para conocer a tu pequeño.

Tragué saliva y puse una mano en mi vientre, el cual ya estaba empezando a crecer. Todavía no podía sentir a mi bebé, pero ahora que mi hermana estaba hablando de conocerlo, de repente todo se hizo más real. Iba a tener un bebé. Tomando una respiración profunda, me froté los ojos, y luego traté de sonreír.

– Eso está mejor – Seul sonrió.

Asentí con la cabeza, sintiendo por primera vez que las cosas podrían estar bien después de todo, si mi familia le daba la bienvenida a mi hijo tan abiertamente.

Pero el bebé también necesitaba a la otra mitad de su familia. Merecía eso, y sabía que Hansol iba a estar allí para el niño, sin importar lo que se interpusiera entre nosotros. Solo necesitaba decírselo.

Pronto.

EDDSS - VERKWANWhere stories live. Discover now