CAPÍTULO 3

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SEUNGKWAN

Estaba sentado en el suelo de mi habitación, mi maleta más grande delante de mí y varias prendas, libros y otros artículos pequeños esparcidos a mí alrededor. No tenía ni idea de qué empacar para mi viaje a la isla. Yo quería tomar todo, por si acaso, pero no todo encajaba en mi maleta. Lo peor de todo, estaba empezando a darme cuenta de que podría tener que dejar algunos de mis preciosos libros atrás. Pellizcando el puente de mi nariz, me preguntaba si eso podía justificar la compra de sus versiones en ebook. Podría tener que hacerlo.

– ¿Qué es ese caos, Kwanie? – Mi hermana, Jinseul, miró dentro de mi habitación a través de la puerta. Ella era dos años más joven que yo, pero ya se había mudado desde tiempo.

– ¿Qué estás haciendo aquí?

– Jesús, estoy feliz de verte, también – Echó algunos de sus cabellos color púrpura de su frente hacia atrás. La última vez que la había visto, todavía era azul.

– Lo siento. Sólo estoy... estresado – Miré el piso y todas mis cosas.

– Mamá dijo que te irías. ¿Es eso cierto? ¿Vas a visitar a los escamosos?

– Es ofensivo llamarlos así. El término correcto es…

– ¿Reptilian-humano?

Gruñí

– Sólo llámalos cambiaformas dragón o dragones.

– Bien, bien. Sólo estaba tratando de irritarte un poco – Ella entró en mi habitación y empujó uno de mis preciosos libros con su pie antes de que pudiera protegerlo – ¿Qué es todo esto?

– Como has dicho, me voy.

Miró la multitud de cosas que yacían en el suelo.

– ¿Para siempre?

Ojalá fuera así

– Es sólo por una semana, pero tengo que estar preparado.

– Amigo – Trató de patear otro libro, pero lo agarré antes de que pudiera y protectoramente lo acuné contra mi pecho – ¿Para qué te preparas exactamente? ¿Es este el mismo dragón con el que intentaste relacionarte antes?

– No, bueno, sí... algo así. Quiero decir, voy a verlo, pero ya no estoy tratando de conectar con él. Ya está enganchado con mi amigo, a quien estoy visitando – Traté de meter unos cuantos libros en mi maleta ya llena, pero renuncié rápidamente.

– Pero habrá otros dragones por ahí.

– Es su isla – dije

– Así que... – Mi hermana sonrió – ¿Vas a conectar con uno de ellos?

Me ocupé de la maleta, tratando de suprimir el calor que sentía correr por mi rostro ante sus palabras.

– Eres tan lindo cuando te sonrojas, Kwanie. No puedo culparte, sin embargo, los escamositos pueden ser bastante calientes. Es una pena que muchos de ellos sean gay – La miré, pero ella estaba mirando los carteles en mis paredes en vez de a mí – Déjame ayudarte a empacar – dijo entonces.

– ¿Segura que no quieres irritarme un poco más?

– No, ya he terminado – Ella sonrió – Sólo tráeme algo lindo, ¿de acuerdo? Y trata de no... – Hizo una pausa y se mordió el labio, de repente se veía más seria que de costumbre.

– ¿Trata de no qué?

– Sé lo obsesionado que estás con los dragones, hermanito, pero a veces, cuando finalmente consigues probar las cosas que has estado soñando... te das cuenta de que no son todo lo que pensaste. No quiero que te sientas decepcionado si eso sucede.

Quería rodar mis ojos hacia ella por pensar que no podía diferenciar mis sueños de la realidad, pero estaba siendo dulce por una vez, así que me abstuve.

– No te preocupes, estaré bien. Ya he conocido a un dragón, ¿recuerdas? Y no estaba obsesionado con él, sobreviví a eso.

Ella rió suavemente.

– Estoy más preocupada por lo que sucederá si te encuentras con un dragón por el que te sientas atraído.

Tragué, porque ¿honestamente? Yo también estaba preocupado por eso. Sin embargo, antes de que pudiera preocuparme demasiado, mi hermanito Samuel llamó a mi puerta.

– ¿Quién está ahí? – gritó Seul.

– Estuche.

– ¿Estuche, quién?

– Escuché que estabas en casa, así que vine.

Seul y yo nos reímos mientras Samuel entraba en la habitación. Él era el más joven de nosotros. Incluso Seul tenía casi diez años más que él, y por eso siempre lo considerábamos el bebé de la familia. Tenía muchos problemas de salud debido a una cardiopatía congénita, así que cuando estaba contando un chiste, no importaba lo malos que fueran. Siempre me reía por él, y estaba seguro de que Seul se sentía de la misma manera.

– ¿Me vas a traer algo cool? – Me preguntó.

– Por supuesto. ¿Qué quieres?

– No lo sé. Quiero impresionar a los niños en la escuela.

– Bien entonces – Me puse de pie para alborotar su cabello, sabiendo que era difícil para él hacer amigos en la escuela – Pensaré en algo.

– Eres el mejor – Me ofreció su puño con una sonrisa y yo lo golpeé con el mío.

– Correcto – Seul puso una mano en el hombro de Samuel – Vamos a tomar un helado mientras Kwanie vuelve a empacar. ¿Quién es el mejor ahora, eh?

– ¡Tú! – Samuel se rió mientras salían de la habitación – Pero sólo si pagas.

Sacudí la cabeza cuando sus voces se distanciaron.

Incluso cuando había terminado de hacer las maletas, no dormí en absoluto esa noche, mi cerebro llenándose como loco con un escenario tras otro de lo que me podía pasar en la isla. Después de que estuve despierto durante unas dos horas, decidí renunciar y buscar a través de mi estante otro de mis libros favoritos. Si no podía dormir, podría leer.

Recordé las palabras de mi hermana. Por supuesto que sabía que los verdaderos dragones no eran como los héroes de mis libros, pero aún así estaba emocionado de conocerlos. También estaba emocionado de ver a Joshua nuevamente y ver a sus hijos.

Con ansiedad, miré el reloj. Mañana a estas horas, estaría allí...

 Mañana a estas horas, estaría allí

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EDDSS - VERKWANWhere stories live. Discover now