CAPÍTULO 36

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HANSOL

Parte de mí había pensado que podría dormirme más fácilmente si no tuviera la tentación yaciendo a mi lado. Esa parte estuvo mal. Nada sobre dormir sin Seungkwan fue fácil. Me sentía inquieto todas las noches después de que Seungkwan me había enviado lejos y continuamos de esta manera. Él durmiendo en su casa y yo durmiendo en el hotel. Fue una tortura despedirse de él todas las noches, y algo tenía que cambiar.

Por ahora, tenía que asegurarle que hablaba en serio sobre él, así que planeé una pequeña sorpresa para mi nerd.

Estaba listo para decírselo solo un mes antes de nuestra fecha prevista de parto. No había garantía de que le llegara a gustar, pero tenía un buen presentimiento al respecto.

Lo llevé a su casa y le dije que caminara por la calle conmigo.

– ¿A dónde vamos? – Preguntó, agarrando mi mano. Era bastante grande ahora, y a veces, cuando tocaba su vientre, podía sentir al bebé

patear, lo cual era honestamente la cosa más increíble del mundo. Me consideré afortunado, aunque sabía que Seungkwan no siempre se había sentido así. Yo había querido tener un hijo por mucho tiempo, pero él no.

Amaba al pequeño, por supuesto, pero las cosas no habían salido exactamente como las había planeado él. Esperaba que con mi regalo

pudiera compensar algo de eso.

– Solo por el camino – Dije – Ya verás.

– Si solo querías ir a dar un paseo, lo hubieras dicho. Sabes que no me importa.

Me reí suavemente.

– Subestimas lo difícil que es alejarte la nariz de tus libros. Es como cuando la mitad del tiempo ni siquiera escuchas cuando hablo contigo.

– No como si tú estuvieras mejor – Murmuró.

– Me reí entre dientes, porque probablemente tenía razón. Podríamos pasar noches enteras leyendo lado a lado, lo que pensé que era perfecto.

– De todos modos, no es solo un paseo. Tengo una sorpresa para ti.

– ¿Sí? – Me dio una mirada pensativa, sin duda ya tratando de adivinar lo que tenía reservado para él.

Sin embargo, no iba a adivinar esto. No todo.

Me detuve frente a una pequeña casa al final de la calle. Tenía una altura de una planta, pero tenía un porche bastante encantador con una silla de lectura, que me había llamado la atención desde un inicio, aparte de la proximidad de la casa con la de la madre de Seungkwan.

– Vamos a entrar – Le dije a Seungkwan.

– ¿De verdad? ¿Conoces a la gente que vive aquí?

– Sí, la conozco – Fue difícil no reírse cuando abrí la puerta principal, que estaba desbloqueada, y conduje a Seungkwan adentro.

Justo bajando el pasillo de la sala de estar, los amigos y la familia de Seungkwan lo esperaban, arrojando globos azul bebé y rosa princesa.

– ¡Sorpresa! – Gritaron.

– ¿Qué? – Se giró hacia mí.

– Es un baby shower – Le sonreí – Mira todos los regalos que trajeron

– Señalé la mesa del sofá, donde todos habían apilado sus regalos.

Seungkwan los miró y luego a mí.

– ¿Tú organizaste esto?

– Sí – Tomé sus manos entre las mías – Y también tengo un regalo para ti.

EDDSS - VERKWANWhere stories live. Discover now