CAPÍTULO 13

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SEUNGKWAN

Me desperté a la mañana siguiente sintiéndome inquieto. El sueño había sido difícil para mí, aunque el resto de la casa había estado completamente silenciosa. Los gemelos habían estado callados toda la noche, a diferencia de la situación actual en la mesa del desayuno, donde pensaban que arrojarse la comida el uno al otro era mucho más divertido que comérsela. A juzgar por las expresiones cansadas de sus padres, aparentemente ese no era un nuevo desarrollo.

– ¿Estás seguro de que quieres tener otro hijo? – Preguntó Seokmin, limpiando la zanahoria de la cara de Minho.

– Lo sé, estoy loco – Respondió Joshua con una sonrisa. Al menos todavía parecía feliz, incluso cuando su comedor era un desastre – ¿Estás seguro de que estarás bien con los niños tú solo hoy? Quiero decir…

– Sabes que estaré bien. Todos estaremos bien.

– ¿Qué pasa si Minho cambia de nuevo?

– Lo manejaré – Dijo Seokmin, mientras terminaba de limpiar la cara de su hijo con una servilleta.

– ¿Vamos a algún lado? – Miré a Joshua.

– Me gustaría mostrarte un poco la isla. Pensé que podríamos subir al volcán. Desde allí tienes una gran vista.

– ¿El volcán? ¿No es peligroso?

– Oh, para nada – Me hizo un gesto con la mano – No está activo.

– Ya veo. ¿Tendremos que escalar? – Esperaba que no. El único deporte en el que era bueno era en la lectura extrema de libros, y eso ni siquiera era un deporte.

– Nah, no escalaremos. Aunque podría ayudarme el moverme más. Él me sobrealimenta – Joshua asintió con la cabeza hacia Seokmin, riendo en voz baja – Como si todavía estuviera embarazado. Creo que todo eso lo traumatizó.

– Sigues diciendo que quieres más hijos – Respondió Seokmin – Así que no puedes estar flaco.

– Sí, sí. De todos modos – Joshua volvió a centrar su atención en mí – creo que te va a gustar mucho la vista del volcán – La sonrisa que tenía cuando dijo eso, me hizo pensar que estaba tramando algo, pero no pude decir qué. Luego intercambió una mirada con Seokmin, que permaneció igual de misteriosa para mí.

– ¿Listo para salir en unos minutos? – Me preguntó.

– Sí, déjame tomar mi teléfono – Lo que sea que él quisiera mostrarme, tal vez podría obtener algunas buenas fotos para usar como investigación mientras escribo mi libro.

Media hora más tarde estábamos caminando por el bosque. La cálida luz del sol que caía a través del follaje me hizo sudar un poco, pero aún así era agradable estar afuera. El aire era tan limpio en esta isla, olía a árboles y tierra y me recordaba los días que había pasado jugando en el bosque detrás de nuestra casa de niño. Todavía sospechaba de lo que Joshua tenía en mente, pero era difícil sentirse pesimista en un día tan hermoso.

– Siento que estás viviendo en el paraíso – le dije a mi amigo, quién caminaba un paso por delante de mí.

– Tiene sus altibajos.

– ¿Sí? ¿Extrañas el continente algunas veces?

– ¿Honestamente? Sí – Él se rió – Por ejemplo, echo de menos la comodidad de poder conducir un automóvil. Y tenemos que importar muchas cosas. Y extraño a mí amiga. Siempre imaginé que si ambos tuviéramos hijos, crecerían juntos, ¿sabes? Ella ni siquiera ha visto a Minho y Chan fuera de las fotografías.

– Lo siento. Supongo que no todo es perfecto.

Él se encogió de hombros levemente.

– Iremos a visitarla cuando los niños sean un poco mayores.

EDDSS - VERKWANWhere stories live. Discover now