Narra Aries
Sus espontaneas respuesta solamente me hacían desear seguir conociéndola. Quiero seguir descubriendo que hay detrás de aquella mirada que me hace sentir tan embelesado.
Después de mi respuesta, algo intensa para dos desconocidos, dominó un total silencio, una barrera que nuevamente quiero cruzar, no puedo permitir que la conversación acabe y dejar que aquellos ojos cafés se desviaran de los míos, entonces en busca de un tema de conversación fijé mi mirada en el libro que tenía en sus manos y que sujetaba con tanto cuidado. Para mi sorpresa, lo primero que veo son frías imágenes de cuerpos humanos descuartizados, acompañadas de muchas palabras incomprensibles. Hasta que logro leer la portada "Frank Netter"
Unos segundos me tomó recordar de que me sonaba aquel apellido, era de un anatomista y eso les daba sentido a las imágenes, lamentablemente no puedo aportar casi nada del tema, ni siquiera sé cómo iniciar una conversación con lo que había descubierto. El momento se volvió incómodo, incluso para la chica y aunque sé que probablemente ella no lo admitiría, sus ojos anhelan que continúe esta conversación.
Narra Amara
¿Qué es lo que le asombra tanto? Se ve realmente confundido, esperaba que siguiera la conversación y ante el incomodo momento, cierro el libro. Ya que él no parece querer continuar la conversación, yo le pondré fin por él.
- ¿Qué? – Digo dispuesta a romper el silencio- ¿Te asusta que una chica pueda ser más inteligente que tú? - un sabor de disgusto pasó por mi lengua al decir aquellas palabras. Estaba aburrida de chicos que buscaban solo su belleza.
Todo mi mal ánimo, se vio disuelto con la mirada sincera que me dirigió el chico, acompañada de una sonrisa coqueta y desafiante. Tal vez puedo alargar un poco la conversación.
– Y señor curioso ¿Cuál es su nombre? – Vuelvo a interrumpir el silencio.
– ¿Interesada? – Respondió él, con una expresión extasiada al percatarse que he continuado la conversación.
– No realmente – Repliqué.
El chico entre decepcionado e intrigado, me respondió infantilmente sacándome la lengua. No pude evitar la risa ante su inesperado actuar.
– Adivina - Dice con un tono atrevido.
– ¿Rarito? – Me burlo.
– ¿Yo soy el raro? señorita "veo pedazos de gente muerta". – Responde con gracia.
– Anatomía – Le interrumpo sin poder evitarlo– Estaba leyendo sobre anatomía humana.
– Un gusto Señorita Anatomía, me llamo Aries, y ¿Usted es?
– Me gusta como suena ese seudónimo, así que no es necesario que sepas mi nombre - Conteste divertida por sus palabras y con un sentimiento de victoria. Coquetear nunca se había sentido tan natural como ahora.
– Te gusta porque soy yo quien lo dice – Me declaró con un tono seguro, con una voz que hasta emanaba sensualidad.
– Si ese pensamiento te hace sentir mejor, por mí está bien – Agrego.
Entre risas, perdí la noción del tiempo y cuando logro percatarme por la ventanilla que ya no estoy en mi recorrido de siempre y aceptando que tendré que caminar devuelta. Guardé rápidamente el libro y me levanté con la intención de marcharme.
- Por favor, muévete – Exigí, al ver como el chico no hace ningún esfuerzo en dejarle espacio para que yo pudiera lograr salir de mi asiento.
- No. - Respondió Aries y esta vez su broma no fue bien recibida,
Soy una mujer de carácter fuerte, él me parece guapo con sus ojos verdes y su pelo negro e incluso si no fuera por esta extraña química entre nosotros, él podría intimidarme, es bastante más alto que yo y claramente más fuerte; Pero si no se mueve pronto, eso no va a importar porque le partiré el cráneo con mi libro.
- No te pregunté - Respondí con un tono tenso por la situación y una fría mirada que intimidarían a cualquiera. A cualquiera menos a Aries, quien no pudo evitar sonreír y procedió a dejarme libre el paso, cuando pasé junto a él y nuestros cuerpos se rozaron un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo.
Aun así, gloriosa y triunfante toqué el timbre del vehículo, que para mi sorpresa no se detuvo. Finalmente, cuando por fin pude pisar la acera, estoy más lejos de mi casa de lo que pensaba. No pienso perder mi dignidad y actúo como si no me importara, tranquila y calmada, recordando que caminar es bueno para la salud.
No fue hasta que escuché la risa a mis espaldas que me percaté que no estaba sola, Aries se había bajado conmigo ¿será un acosador? No creo, se ve normal. Pero ¿Entonces por qué se bajó acá? ¿Tanta es la casualidad?
– Apretaste como cinco veces el timbre para bajar - Dijo con tono de burla.
– Apretaste como cinco veces el timbre para bajar – Repetí sus palabras de forma sarcástica y con una voz chillona para demostrar mi descontento ante su estúpido comentario.
Ya no es tan guapo.
Sabes que es mentira.
Después de un silencio para nada incomodo, más bien necesario. Ambos nos adaptamos a nuestra compañía nuevamente. No lo pienso admitir, pero podría pasar horas repasando a este hombre, es bastante guapo y eso es innegable. Debe medir aproximadamente 1.80 cm, cuerpo definido (lo suficiente como para saber qué hace deporte), pelo negro, corto, liso, un piercing en la ceja derecha que le da un toque sexy y por último sus ojos, parecen un par de esmeraldas, son realmente hipnóticos. Incluso su ropa está bastante bien combinada, va vestido con un pantalón de mezclilla negro, zapatillas negras, una polera básica blanca y una Chaqueta de mezclilla azul.
– ¿Y? ¿Por qué te bajaste del bus? – Dije por fin saliendo de mis pensamientos y rompiendo el silencio.
– ¿En serio quieres saber? – Me habla, mientras invade de a poco mi espacio personal.
No puedo evitar ponerme en estado de alerta, ignorar la química no es fácil, pero por mi guapo que sea, nunca dejaría que un hombre me intimidara.
– Sí – Confirmé, mientras quité la poca distancia que quedaba entre nosotros, a estas alturas no sé si estamos coqueteando o si realmente él me haría daño.
El simplemente sonrió y metió las manos a su mochila en busca de algo, desvié mi mirada a sus manos inmediatamente, atenta a lo que sea que salga de allí.
– ¿Ahora quién es la señorita curiosa? – Dice con una sonrisa seductora y me regala un guiño.
– ¿Me dirás o no? – Pregunto tranquila, pero sin perder mi estado de alerta.
– Es simple – Habla mientras saca de su bolso lo que parece... ¿Un cuchillo? – Estoy acá para MATARTE.
– Mierda, esa no me lo vi venir. - Susurré para mis adentros, mientras veía su brazo alzarse sosteniendo el cubierto metálico.
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Cuando nos miramos
RomanceCuando sus miradas se cruzaron por primera vez, fue suficiente para prender la chispa que les dará la oportunidad de mostrarse como son. Amara es inteligente, aguda y directa. Aries es un chico amable, divertido y soñador. Ella aprenderá que no to...