Capítulo 36: Volver a sentirnos

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Narra Amara

Han pasado dos meses, queda un mes para mis vacaciones de julio y hoy es el día de las entradas. Estos meses han sido extraños, el tiempo pasó demasiado rápido, mis clases han sido increíbles, mi relación con Aries es pacífica. Le hablé de mis inseguridades y dijo que me vendría a visitar en vacaciones para que conversáramos del futuro, hiciéramos un plan juntos, donde yo no tenga que dejar la especialidad.

Es extraña la calma que siento en mi mente, he estado muy consciente de mi salud mental desde que estoy fuera de mi zona de confort y me regulo mucho mejor, sigo mis sesiones con mi psicóloga de forma online, tuve que trasladarme a una psiquiatra italiana que aceptó mi derivación y me hace la receta para seguir mi medicación.

Acepté finalmente que mi medicación no es algo que me limita, si no, que es una solución. Que puedo vivir sin ellas, pero que opto por elegirlas para facilitarme la vida, que no puedo controlarlo todo y definitivamente no puedo controlar mis secreciones neuronales que se ven afectadas por la bipolaridad. Al integrarlas como una ayuda, también mejoré una relación más saludable con mi trastorno y me he logrado hacer cargo de mis emociones.

Estoy aprendiendo a ser feliz con mi compañía y con mis emociones, años de vivir alerta, de no confiar en mi misma, de negarme a sentir, me llevaron a no saber disfrutar de la tranquilidad. Me volví adicta a estar en constante lucha que me costó aprender a ser feliz, pero cuando sentía que me podía caer, comencé a apoyarme en otros, en generar vínculos sociales saludables.

Aries claramente fue mi pilar fundamental a través de cada llamada, pero las chicas de la residencia se hicieron mis amigas demostrando que el tiempo no define la calidad de una relación; Lucas ha sido un gran amigo en muchas de mis clases que a veces compartimos y me ha ayudado a adaptarme al sistema educativo, la nivelación fue un juego de niños en comparación de las clases.

Aceptar que no siempre puedes aprobar, que fallar es necesario para aprender y adaptarme a estudiar en otro idioma y otro sistema educativo, probablemente sin Lucas o sin las chicas de la residencia hubiera sido imposible y esta bien, necesitar ayuda esta bien.

Finalmente, mientras reflexiono sobre lo que va de mi año, comienzo a arreglarme para ir al show. Me alisto y recuerdo la nostalgia de aquel día en el que llegaba tarde para conocer al chico que supe a una primera vista sería el amor de mi vida, porque si no es Aries, me equivoqué definitivamente de vida, pero nunca de amor.

Una romántica somos ahora.

Lo digo en serio.

Lo sé.

Él es todo lo que una relación saludable puede ser, no es perfecto, pero nada bueno lo es.

Continúo con mi elección de ropa, una falda short de cuerina blanca de tablas que me llega a medio muslo, un crop top rojo y un blazer largo negro, finalmente mis botas con plataformas negras. Esta vez voy sola y sin miedo a llegar tarde, así que me tomo tiempo en maquillarme, dejando para el final el cabello, el cual solo arregle con aceite para el frizz y la mano para no separar mis ondas naturales.

Solo odias cepillarlo.

Eso también.

Pido un taxi y me dirijo al circo, sin saber en que me espera de este día. Estos son los días en que tengo que enfrentar mi ansiedad, días normales, he descubierto que me cuesta enfrentar las pequeñas cosas porque no es normal fallar en ella y en cambio grandes ideas las afronto bien, porque es más aceptable fallar en grandes proyectos. Por ejemplo, me da más ansiedad ser el público, que ser quien expone sobre el escenario, porque no puedes "Ser un mal público", pero sería normal fallar en un escenario.

Cuando nos miramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora