Capítulo 29: Gracias a ti, pero es por y para mí.

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Narra Aries

Está ahí, está viéndome a través de la videollamada, esta para mí sin saber que esto es gracias a ella. Mando a la mierda mis inseguridades de la masculinidad toxico que me he auto impuesto, que ser bailarín de pole dance no me hace suficiente hombre, que no lograré nada a través de este deporte y que esto no es mi futuro, porque realmente pienso que yo decido mi futuro y lograré lo imposible por hacer posible lo nuestro. Esta videollamada es solo nuestro primer acercamiento, a pesar de la distancia.

La música comienza a sonar, envuelve mi entorno, me encierra en una burbuja, donde no soy, solo siento, estamos yo y mi cuerpo. Los tambores de la canción resuenan y son mi indicativo para empezar a trepar la barra al compás de la melodía, cuando consigo la altura de cuatro metros, hago un balanceo, distanciando mi pelvis de la barra y liberando mis piernas para subir a un Handspring, quedando verticalmente invertido y siguiendo la rutina que tanto he practicado, deslizándome con la gravedad en cada truco que hago, cuando estoy en los dos metros, llevaré la mitad de la coreografía, unos 40 segundos aproximadamente. Me tomo un tiempo para respirar, en mi pose y con esfuerzo me lateralizo en la posición de bandera, cuando el publico aplaude, acerco mi cuerpo a la barra nuevamente y caigo controladamente, sorprendiendo a todos, menos a mi Señorita Anatomía que me sonríe, al ver que mi coreografía esta por finalizar sin percance, no me sorprendería que ella la haya memorizado.

Bajo de la barra y bailo, muevo cada musculo de mi cuerpo que alguna vez Amara nombró mientras estudiaba, sin recordar nada más que el tono de su voz; uso el escenario para impresionar a mi futuro, para asegurarlo y para liberarme de las dificultades del presente. Porque mi cuerpo grita, más fuerte que mi ansiedad y mi voluntad es más grande que mis miedos. Giro entre las barras, cada pole se transforma en mi amante, que usan de mi tiempo, pero que no se quedan conmigo y acabo al minuto y medio, lejos de todas ellas, mirando lo más cerca posible a la pantalla que muestra a quien se quedará conmigo, porque la elección es solamente nuestra y el destino solo nos está poniendo a prueba.

Veo a Francesco Sansone y no comprendo su mirada, siendo unos de los mayores reclutadores dentro de la industria de la danza y el escenario, esperaba fuera más expresivo... Pero nada. Mi coreografía ha acabado, aunque esto recién comienza.

No le gustó la coreografía.

Mi futuro no depende de él.

Estabas bailando para él.

Es verdad, lo quería impresionar, pero estoy bailando por mí y para mí.

¿No bailas por Amara?

No bailo para ella, bailo gracias a ella.

Narra Amara

Lo hizo, él lo logró, mi Señor Secoya me acaba de enamorar una vez más, con su esencia y talento. La pantalla no es lo suficientemente grande y su cuerpo no esta lo suficientemente cerca del mío. Roma puede saludarme con su belleza a través de la ventana y no logra llenar el espacio tremendo que ha dejado nuestra separación.

He escuchado que el futuro no existe, que lo construimos y que el tiempo no se detiene, ni se pierde, que el tiempo se usa. Usaré cada minuto para mí y trabajaré por mi salud mental, para  cuando nos volvamos a encontrar.

No le pediré que me espere, dejaré que el tiempo haga su trabajo, porque ya no esta en mis manos y me toca admitir que no lo puedo controlar todo. Que no controlo la distancia, los hechos, ni mis emociones, es momento de tener ovarios y aceptar que inhibir mis sentimientos no es la solución y jamás lo fue... Quién viera a esta Amara que cree en el amor y que acepta que tiene miedo.

Esta es la verdad tengo miedo, miedo de lo que todos están esperando de mí, de perder el tiempo, de fallar, de fallarme, tengo pánico de no ser capaz, de que el tiempo se resbale por mis dedos como la arena en el mar y que se hunda, porque siento que no se nadar, que me ahogaré en mis dudas y mis deseos de alcanzar mis sueños, de los cuales incluso he llegado dudar sean reales o meramente posibles; Pero quiero intentarlo, VOY a intentarlo y es por mí, pero no negaré que fue gracias a Aries.

Cuando nos miramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora