Capítulo 22: Romanticones ansiosos

8 1 0
                                    

Narra Amara

-        Oye señor secoya – Llamo su atención, cuando el comienza a cambiarse de ropa sin pudor frente a mí.

¿Pudor de qué? Si le has visto hasta el alma.

Buen punto.

-        ¿Qué pasa preciosa? – Me pregunta sin mirarme, mientras se pone por último su camiseta.

-        Cuando te vi hoy y me llenaste de locas ideas – Nos reímos juntos, recordando mi alteración mental momentánea de hace un momento – No es porque sexualice tu deporte, el cual encuentro totalmente digno de admirar, es solo que tú me encantas y verte tan feliz me ...

-        ¿Te puso caliente? – Pregunta, agarrando su bolso y poniendo su brazo sobre mi hombro, para dirigirnos a la salida.

-        Sí – Admito sonrojada y él me besa sobre la coronilla de la cabeza.

-        Me ofendería si no lo hiciera – Yo levanto mi rostro ante sus palabras, observo sus profundos ojos verdes que me desarman, tan cálidos y arrasadores.

Me alzo de puntillas y le robo un corto beso, para luego acercarme aún más a su cuerpo, su brazo lo complementan alrededor de mis hombros. Caminamos de esa forma, hasta que nos encontramos sobre el escenario despidiéndonos de todos, pero al salir su mano atrapó la mía y yo sonreí cerrando el agarre.

Después de eso, caminamos por la ciudad de la mano sin dirección fija, solo disfrutando de nuestra compañía en silencio, regalándonos miradas y sonrisas de vez en cuando, hasta que decido romper el silencio.

-        ¿Has pensado que hacer de tu futuro? – Le pregunto, por una curiosidad para profundizar ese tema, que hemos hablado superficialmente; Después de todo, en poco ambos acabamos nuestra estadía en la universidad.

-        Quiero presentarme como actor y pole dancer en show artísticos por el mundo, mezclar ambas pasiones y viajar con ellas, he postulado a varios lugares – Dice y soltándome de la mano, para voltearse frente a mí, caminando de espaldas, mientras yo avanzo hacia el frente - ¿Y tú?

-        Postulé a un doctorado en Roma – Él se queda en silencio y yo siento la necesidad de calmar la perturbación de mis palabras – Pero no me van a aceptar

Nunca había pensado en que si me aceptan la especialización deberé irme del país y dejar esta relación, nunca lo planee, pero no podría mantener una relación a distancia eso no es para mí. ¿Sería capaz de terminar esto? Quedan poco tiempo para que me den los resultados.

¿Qué harías?

Me elegiría

¿Dejarías a Aries?

No todas las cosas buenas llegan para quedarse.

Me atrapo en esos pensamientos, Aries parece notarlo, pero lo observo y también descubro duda en sus ojos ¿Esto podría acabar? ¿Seremos ambos la trampa que limitara los sueños del otro? ¿Este es el camino o el destino?

Una llamada me interrumpe y la agradezco completamente, porque me estaba sofocando en esta encrucijada. El nombre de Jazmín brilla en la pantalla y decido contestar.

-        ¿Cómo estás? Amor – Respondo, burlándome de los celos de Aries, la primera vez que me escucho contestarle de esta forma a mi amiga, casi se le desencaja la mandíbula y cuando le dije la verdad me dio un beso y mordió el labio superior por burlarme de él.

-        Bien ¿Estas ocupada? – Pregunta y escucho las voces de fondo.

-        Estoy con Aries – Le guiño el ojo, y él ríe - ¿Por qué?

Cuando nos miramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora