Capítulo 15: Póker Queen

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Narra Aries

-          Linda sonrisa ¿Buena noche? – Se dirige a mí con su preciosa voz, logrando que instantáneamente alce mi vista, hacia esos bellos ojos color caramelo, hasta que se encuentren con los míos.

Amara es ... Póker Queen.

Okay, esa no me la esperaba.

-          Aries, te están hablando – Me susurra Ariel, golpeándome la pierna por debajo de la mesa.

-          ¿A qué le debemos el honor? – Habla Jeremy – No me esperaba que la reina conociera a mi amigo.

-          Cállate – Aries le pega un codazo a Jeremy.

-          Señor secoya – Me llama de forma inexpresiva – Te traje el polerón.

Se escucha a nuestro alrededor a toda la gente conversar en susurros al respecto, somos el punto de mira. Amara lo lleva puesto, tapando toda su ropa, ya que le queda gigante.

-          ¿Por qué tienes su polerón? – Pregunta un chico de otra carrera, dirigiéndose a Amara - Te puedo prestar uno mío, apuesto que te quedaría mejor – Le guiña el ojo.

Maldito.

-          No necesito el tuyo – Amara lo escanea con la mirada y con indiferencia dice – En realidad no necesito nada tuyo.

-          Así que póker Queen – Se burla – Es cierto que no tienes intereses humanos.

De fondo se escuchan voces aleatorias "¿Es humana?" "¿Tiene sentimientos?" "Muy bonita, pero es una aburrida" "Con esa actitud debe ser insípida en la cama" "¿Es verdad que trabaja con muertos?" "¿Viste su ropa? Que sosa"

Aunque los comentarios vienen de personas invisibles, se escuchan fuerte y claro, pero amara no pierde su neutralidad e incluso, no se siente como la misma persona de ayer ¿Esta es su fachada? ¿Qué escondes Amara?

-          Yo soy humano – Digo en voz alta, mientras me saco el polerón – Y yo le intereso, por lo que tu hipótesis es errada.

-          Estas muy confiado señor secoya – Dice apacible.

-          ¿Es mentira? – doy un golpecito en su frente y le sonrió – Ahora señorita anatomía, me podría devolver mi polerón.

Ella duda, pero se lo retira igualmente, dejando al descubierto su falda tableada blanca, con un body ajustado rojo, con un escote en V y un collar negro que se encajaba a través de él. Se ve espectacular. El silencio de sorpresa es sepulcral, ahora las voces giran en torno a su belleza.

Merece totalmente ser llamada una Reina.

-          Toma – Dice, entregándomelo en la mano.

-          Perfecto, ahora usarás este – Rodeo sus hombros con el polerón que antes yo llevaba puesto y con la cremallera abierta, lo calzo en sus hombros, para luego vestirme con el que ella me entregó.

-          Huelo a ti – Dice ella, llevando el borde del cuello de la tela a su nariz para olerla.

Sonrío y rompo nuestra distancia, luego me inclino para susurrarle.

-          Nada comparado al aroma que dejé en ti anoche – Le doy un beso en la marca que deje ayer, detrás de su oreja.

-          Te confieso algo – Me susurra y yo me separo un poco para mirarnos de frente – Me encanta oler a ti y que tú huelas a mí.

Cuando dice eso, huelo el polerón que ella me había entregado.

-          ¿Le pusiste perfume? – Me río.

Cuando nos miramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora