Jungkook, alfa de 20 años. El chico atleta, fuerte, sobresaliente en clases y millonario de cuna.
Ama el boxeo, novio de Jiso quien por ser su novia, se lleva por título la más popular de la universidad.
Jimin, omega de 18 años. Un amor de persona...
Jungkook: Hola Tae, qué gusto verte. Jamás imaginé que tú fueras el mejor amigo de mi bebé.
Tae: B-bebé..... t-tú be-be...
Jimin: Tata, estás bien? Necesitas algo?
Tae: SIP.... Necesito un trago bien fuerte en estos momentos por favor.
Nam: Claro, no hay problema, deja le pongo un poco de hielo a este para que no lo tomes tan pur....
Tae: DÉJALO ASÍ.... ASÍ ESTÁ PERFECTO.
Nam: Seguro Tae?
Tae: BASTANNNTEEE SEGURO. CRÉEME.
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- Jin estaba que moría de la risa al ver los nervios de Tae. Sabía que Tae estaba que moría de los nervios, sin embargo no tenía temor alguno pues confiaba en Tae a 100x100. Sabía que tendría que darle una respuesta, pero también sabía que todo iba a estar bien, al menos todo en cuanto a Tae. Unos tragos más y luego se le acerca a Tae.
Jin: Tata, quieres hablar?
Tae: Y acaso lo preguntas? Sabes, en mi vida había tomado tantos tragos en tan pocos minutos. Orita saldré yo desacreditado en el grupo como el " Alcolicos no Anónimo". Todo por tú no saber avisar o explicar las cosas con tiempo. Podrías explicarme qué es lo que está pasando?
Jin: Claro que te explicaré, pero más tarde.
Tae: Más tarde? Me dará un soponcio antes de que llegues a hablar conmigo Jinnie. En verdad no te das cuenta de lo delicado de este asunto?
Jin: A ver, acaso te has dado cuenta de cómo sonríe Jungkook al lado de Jimin? Notas como sólo Jimin y nadie más que él provoca esa hermosa sonrisa? Has notado como Jimin se le queda mirando a Jeon?... O sea, mínimo se pierden el uno con el otro. Para mi Tata, eso es lo que importa en estos momentos. No me importa Jiso, sus padres, los papás de Jeon ni nadie más... sólo me importan ellos. Acaso a ti no?
- Tae voltea a ver hacia donde están Jeon y Jimin. Ambos en su mundo, no dejaban de tocarse disimuladamente, besarse de a piquito, Sintiendo los latidos de su corazón y reconociendo cada espacio de su cuerpo, cada aroma, cada emoción y sentimientos. No había necesidad de ser un experto en el amor, ni mucho menos psicólogo para entender ese lenguaje corporal entre ambos chicos. Ambos se perdían en sus miradas, decían todo aún cuando no decían nada. Eran simplemente "Perfectos". Tae se sentía feliz, nervioso pero feliz. Amaba ver a Jimin disfrutar de la vida, verlo confiado con alguien más, verlo enamorado y entregado. Amaba ver a su alma gemela ser feliz.
