Jungkook, alfa de 20 años. El chico atleta, fuerte, sobresaliente en clases y millonario de cuna.
Ama el boxeo, novio de Jiso quien por ser su novia, se lleva por título la más popular de la universidad.
Jimin, omega de 18 años. Un amor de persona...
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Un hermoso hotel de 5 estrellas sería el lugar perfecto para la tan ansiada y esperada unión. En una espectacular terraza se encontraban los Alfas que serían testigos de aquella unión, sin dejar afuera uno de los protagonistas principales, Jeon Jungkook.
Todos yacían con sus trajes, tan sexis y elegantes como Jimin los había imaginado. Las últimas dos semanas fueron clave para despertar en Jimin el ego y necesidad de que cada una de las cosas seleccionadas para su boda fueran mucho más que perfectas.
El negro no sería una opción, quería todo autentico e inigualable. Que en la atmósfera solo se respire amor, lealtad, entrega y prosperidad. Los Alfas relajados tomaban de su copa de champagne, celebrando desde ya los acontecimientos del día.
El señor Jeon había ayudado a su hijo a alistarse, su madre había pasado unos minutos antes para darle su bendición, para luego irse al área y habitación donde se encontraban los Omegas.
Ansiaban y esperaban con apuro el momento en que pudieran tenerse frente a frente, entrecruzar sus dedos y perderse en sus miradas. Necesitaban frente a sí mismos, su lugar seguro.
Suga tomó en sus manos una nueva botella de champagne, caminó entre los demás hasta llegar a Jeon. Tomó la botella ya destapada para servirle, pero en un movimiento rápido Jungkook se la arrebató de las manos.
JK* Hyung!!! Soy yo quien debe servirte.
- Pero en la misma forma la botella le fue arrebatada por el mismo Suga, mientras todos observaban la situación.
SG* Hoy es tu día, Jeon. Mereces que se te celebre como debe de ser. Permíteme en esta ocasión sentirme con el honor de brindarle una copa a mi dongsaeng.
- Jungkook no podía negar cuán emocionado se sentía ante dicha acción, pues no es normal en su cultura que un mayor te llene la copa. Al terminar de servirle, una reverencia de 180 gr le fue brindada al pálido, mostrando así su empatía y respeto a su persona.
Sr.Park* La verdad es que me siento satisfecho y orgulloso de ver la clase de amigos que nuestros hijos tienen. Estás de acuerdo conmigo, Jeon?
Sr.Jeon* Al 💯 por ciento. La verdad chicos es que ustedes son las piezas que conforman el perfecto juego de ajedrez. Sería muy egoísta si le pidiera más a la diosa Luna de lo que ya me ha dado. Hijo, quiero que sepas que estoy muy orgulloso del hombre que has llegado a ser. A pesar de mi ausencia, puedo ver la calidad de ser humano y Alfa que eres y cuán orgullosos estamos tu madre y yo de ver el corazón que tienes.
