Jungkook, alfa de 20 años. El chico atleta, fuerte, sobresaliente en clases y millonario de cuna.
Ama el boxeo, novio de Jiso quien por ser su novia, se lleva por título la más popular de la universidad.
Jimin, omega de 18 años. Un amor de persona...
JK* Entonces doctor, todo está Perfecto con mi bebé y mi esposo?.... Nada que temer?
Dr.* Siempre en una sala de operaciones hay riesgos, señor Jeon. Pero todo lo que hasta el momento se ha observado es el buen desarrollo y alimentación de su esposo. Ambos están en muy buen estado para esperar una excelente operación.
JM* Es lo que vengo diciéndole mes tras mes, doctor.
Dr.* Te entiendo, Jimin. Pero así mismo entiendo a Jungkook. Son padres primerizos, esos nervios y preocupaciones van de la mano con tu estado. Pero hasta el momento de mi parte y como doctor puedo decirles que todo está bajo control.
- Noticia que les hacía muy feliz escuchar. Jungkook en los últimos meses había sufrido de ansiedad y preocupación que le llevaba casi a la agonía. El pensar en todo tipo de escenario dejaba un amargo sabor e incertidumbre al ignorar lo que en ese tan importante día para todos pudiera pasar.
Jimin, a pesar de todo, por su parte no había nada por lo cual quejarse. Su esposo y Alfa era el mejor de todos. Entregado a él y a su cachorra, sin permitir que nada ni nadie les dañara. Con decir que hasta despidió a un pobre mensajero de la empresa, solo por chocar de hombro con Jimin al salir del ascensor.
El pobre beta temblaba mientras observaba aquellos temibles colmillos asomarse a los finos labios de aquel temeroso y hermoso Alfa.
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JK* Es que acaso nadie te enseñó a caminar? Cómo te atreves a golpear así a mi esposo? Pudiste provocar una caída y que él o mi cachorra sufrieran algún daño. ERES UN MALDITO IDIOTA.
- El beta lloraba pues entre tantos gritos y palabras, una de ellas fue la que culminó aquel breve y tenebroso momento.... "ESTÁS DESPEDIDO".
Pero todo llegó a su normal calma cuando Jimin solo llamó a su Alfa por su lazo. Le hizo señas para que se agachara, pues tenía algo que decirle al oído.
No tardó ni 15 segundos cuando se incorporó, hizo sonar su garganta en un carraspeo mientras con su mano derecha acariciaba su nuca.
JK* P-puede volver a sus labores. Perdone mi actitud. No suelo ser así.
- La montaña rusa de momentos icónicos y graciosos eran incontables, en donde el tierno y hermoso Omega Jeon tenía a su Alfa en sus palmas. Aunque lo más admirable era el amor y comprensión que ambos se tenían. La comunicación entre ambos era inquebrantable e inigualable.
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