Jungkook, alfa de 20 años. El chico atleta, fuerte, sobresaliente en clases y millonario de cuna.
Ama el boxeo, novio de Jiso quien por ser su novia, se lleva por título la más popular de la universidad.
Jimin, omega de 18 años. Un amor de persona...
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Jungkook: Tae, por favor.... Ayuda!!!
Tae: No Jeon, no voy a correr el riesgo.
Jungkook: Pero, pero.....
Tae: Pero nada. Es tu omega, no el mío.
Jungkook: Pero Tae, es que.... no te imaginas como se pone mi nene cuando lo despiertan. Tengo miedo.
Jhope: Padre amado, hay que escuchar vaina en esta vida.
Tae: Amor, cierra el pico. En verdad tú no sabes cómo es Jimin cuando se le despierta. Te asesina con la mirada.
Jungkook: Y ahora con el embarazo, está mil veces peor.
Tae: Por lo mismo tanto. Si alguien ha de morir, ese debe de ser tú.
Jhope: Bueno hermano, dele. Dele que su omega le espera.
Jungkook: Ashh, ustedes son malos amigos.
Jhope: Estamos aquí. Creo que demostramos cuán buenos amigos somos. Pero tampoco nos ofreceremos como ofrenda a los dioses.
- Toda la conversación entre estos amigos resultaba curiosa y graciosa. En este momento se encontraban en la sala de espera del consultorio del doctor al cual fueron a visitar, pues ya era tiempo de empezar a tener cuidados con el embarazo. Jimin se había quedado dormido en uno de los asientos. Los días anteriores habían sido como una montaña rusa, donde nada le gustaba, todo le parecía mal y la sensibilidad al tope. El amor que Jungkook sentía por Jimin era tan grande que no veía defectos en todo lo que hacía y entendía que todo al final estaba conectado a su bebé quien día a día crecía en el vientre de su bello omega.
Dr/Asist: Señor Jeon, hace media hora que el Dr. espera por usted. Podría traer a su omega ahora por favor.
Jungkook: Eee, sip, si. Deme, solo un momento. Ya vamos.
- Ambos amigos reían a escondidas de aquel alfa que les miraba con ganas de matarlos. No quería despertar a su bebé y que este llorara o quisiera acabar con él como ya antes había sido amenazado por el mismo Omega. Sigilosamente se acercó a su novio, se arrodilló por el costado izquierdo y lentamente tocó su mentón dejando caricias tiernas que provocaban todo tipo de sensaciones en ambas partes.
Jungkook: Nene, amor. Por favor levántate cariño.
- Jungkook le susurraba tiernamente al oído. Quería ser lo más sutil posible. No quería espantarlo, asustarlo o mucho menos molestarlo.
Jungkook: Cariño mío, nene. Por favor despierta. El doctor espera por nosotros.
