Capítulo veinticuatro

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____ PALADINO

-!NO JODAS!- gritó Kate desde el otro lado de la línea.

Yo tan solo sonreí tontamente mirando el techo de mi habitación. Llamé a Kate nada más acabar de cenar y le expliqué lo que había pasado, sin mencionar lo del despacho de papá, eso ya se lo contaría más adelante.

-Pero, entonces, te pidió salir y tú qué hiciste.

-Pues... yo... es que... le...

-¡NO JODAS! ¡¿LE BESASTE?!

-¡shh!

DASH PARR

-____, me gustas. Mucho. Joder, me encantas y no sé si tú sientes lo mismo.- solté al fin.

Tuve la necesidad de mirarla a los ojos, pero ella era la que lo impedía mirando al suelo. Tiré ligeramente de su barbilla hacia arriba.

-¿Tendrías una cita conmigo, ____ Paladino?-

Esos segundos en los que ella no habló ni hizo nada fueron los más largos de mi vida. Ella entreabrió los labios tratando de decir algo, pero acabó llevando una mano a mi nuca y juntando nuestros labios.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero quería que no se acabara jamás. Ese nudo en el estómago se deshizo dando lugar a las maripositas.

Esta mujer me tiene a sus pies.

Nos separamos cuando mi reloj comenzó a sonar. Había una emergencia.

-Oh, me tengo que ir, lo siento.- dije mirando el reloj y dándome la vuelta para ir lo más rápido posible al coche.

Ella agarró mi brazo y yo me giré a mirarla.

-Ve con cuidado.

Le di un beso en la comisura de los labios.

-Por ti lo que sea. ¿Te va bien ir a algún sitio mañana después del instituto- asintió-? Bien, pues mañana será.

Entré al coche y ella a su casa.

Respiré hondo y sonreí como tonto.

Lo había conseguido.

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Nada es para siempre, excepto lo nuestro// Dashiell Robert Parr y ____ PaladinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora