Nada es para siempre, excepto lo nuestro// Dashiell Robert Parr y ____ Paladino

Capítulo veinticinco

____ PALADINO

Ignoré todas las preguntas de mi madre durante la cena sobre Dash y me fui a mi habitación. Estando allí llamé a Kate para contarle todo.

Al día siguiente me desperté y decidí ponerme algo que hacía años no llevaba al instituto, simplemente para ir un poco más arreglada, y no era para nada por la cita con Dash. Era porque... me apetecía.

Me puse unos mom jeans que me ponía con blusas para las cenas que organizaba mi madre con trabajadores, pero obviamente no me iba a llevar una blusa puesta. Me decidí por un top por dentro de los pantalones, pero al verme en el espejo cambié de opinión totalmente, me causaba mucha inseguridad las prendas ajustadas. Me puse un sweater por encima y ya.

Un poco de corrector y rímel, y bajé a desayunar. Mamá no estaba en casa, pero me dejó tostada hechas.

Después de lavarme los dientes agarré mis cosas, me puse los zapatos y fui sin prisa hasta la parada de bus, iba con tiempo.

Luego de haber caminado 2 calles una moto se posicionó en una esquina. El motociclista se quitó el casco y, sorpresa, era Dash. Sarcasmo, obviamente. Había veces que no entendía porqué hacía estas cosas.

-Sube.- me indicó tendiéndome otro casco, que acepté, con una sonrisa en su rostro.

-Buenos días para ti también.- dije acercándome para abrazarlo por los hombros. Él me agarró la cadera tirándome hacia atrás para luego besarme.

-Estás preciosa. Mejor dicho, eres preciosa. Hacía años que no te veía con jeans, te quedan hermoso.

A todo esto yo ya estaba demasiado roja, así que simplemente le sonreí y me monté detrás de él.

-Tu también eres precioso, Dash.- le dije al oído antes de ponerme el casco. -Pero me sigue dando miedo tu moto.- hablé, él soltó una risita y prendió el motor.

Llegamos cuando aún faltaban 30 minutos para comenzar la primera clase. Ya había gente en el instituto, ya que iban a la biblioteca a hacer proyectos, tareas y cosas por el estilo.

Cuando bajamos de la moto fuimos a dejar los cascos en el casillero de Dash.

-Tengo algo para ti.- me dijo con una sonrisa. -Ven.

Entrelazó sus dedos con los míos y me guió hasta un árbol detrás de las gradas. El frío de noviembre me envolvió haciendo que soltáramos vapor por la boca. Nos sentamos al pie del árbol. Él rebuscó en su mochila y sacó un mp3. Se me dibujó una sonrisa tonta en el rostro.

Agarré los auriculares de mi mochila y los conecté.

Al darle al play comenzó a sonar una melodía que para mí era totalmente reconocible.

The Way You Make Me Feel.

De nuevo esa sonrisa tonta se dibuja en mi cara, no lo podía evitar. Miré a Dash y él me sonreía igual.

Pausé la música para sacarme los auriculares. Agarré a Dash del mentón y le di un beso en la boca.

-He puesto algunas canciones que me recuerdan a ti. Mejor dicho, que te dedico a ti.

-Gracias, es precioso, en serio.- le respondí yo emocionada.

Estábamos a punto de besarnos de nuevo cuando Jacob apareció.

-¡Dash! ¡Te he estado buscando, tío, vamos!

-No llegas en el mejor momento, Jacob.

-¡No te estoy preguntando! ¡Levanta el culo y ven, es importante! Ya verás a tu novia luego.

-Vé, nos vemos en el almuerzo.

Él me mira no muy convencido, pero se acabó levantando.

DASH PARR

Seguí a Jacob por los pasillos mientras le acribillaba a preguntas que él ignoraba. De repente él me empujo dentro de un aula y cerró desde fuera con llave.

-¿Qué coño haces, tío?

Miré a mi alrededor y me percaté de que Alice estaba sentada en una mesa jugando con sus dedos nerviosa.

-Necesito hablar contigo.- dice con voz temblorosa.

-Alice, ya hemos...

-¡Déjame hablar antes!, por favor.- yo le hago un gesto con la cabeza para que siga hablando.- Me... ahm... Me gusta alguien, alguien que no eres tú.

-Bien, fantástico.

-Y necesito que me ayudes.

-Vale, pero dime quien es el afortunado.

-Kate. Yo... estem... soy lesbiana.

Eso no me lo esperaba.

-Guay, pero... ¿desde cuando sabes que lo eres? Digo, no te lo tomes a mal, pero hace unas semanas ibas detrás mío y ahora me dices que eres lesbiana. Digo, que no es nada malo, claramente. Digo, ¿por qué debería ser algo malo? Digo...- no paraba de cagarla una tras otra.

-Dash, cállate ya. Sí, mucha gente ya ha reaccionado así, no me hace falta nadie más. Lo sé desde pequeña, pero cuando se lo dije a mis padres no se lo tomaron bien y el año pasado me dijeron que podría estar contigo porque me convenía y... lo siento. -

-No te preocupes, lo entiendo. - digo sentándome a su lado.- Entonces...

-Necesito que me ayudes con Kate. Es amiga de ____ y he pensado que... no sé...

-Claro que sí.

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