Capítulo trece

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DASH PARR

-Hemos visto a tu novia.- me dijo Jack Jack nada más verme sentado en el sofá.

-¿Qué?- pregunté confundido.

-Sí, a ____, la chica que te gusta.- en cuanto el pequeño dijo eso me atraganté con el refresco que estaba tomando.- Y me ha dado muchas chuches.- añadió.

-¡JACK JACK! PARA YA DE IRTE CORRIENDO, RENACUAJO ASQUEROSO.- se unió nuestra hermana entrando por la puerta agitada. -Y TÚ- me apuntó-, A TI TE VOY A MATAR POR DEJARME SOLA CON JACK JACK. AHORA MISMO QUIERO QUE LOS DOS OS VAYÁIS A VUESTRAS HABITACIONES Y ME DEJÉIS TRANQUILA UN RATO, ¿ENTENDIDO?

Violeta siempre se ponía así cuando se enfadaba, y no era nada bueno. Sin exagerar, puedo asegurar que llegaba a dar miedo.

-¡AHORA!- aclaró cuando vio que nos quedamos en nuestros sitios.

Me levante del sofá, agarré a mi hermano en brazos para llevarlo a su habitación y yo me encerré en la mía, todo con súper velocidad.

No habían pasado más de cinco minutos cuando Jack Jack traspasó la pared para entrar a mi cuarto. Se escuchó algo caer al otro lado y vi como volvió a atravesar la pared para después volver a entrar, esta vez por la puerta. A veces le cuesta hacer pasar los objetos, pero poco a poco, aún es pequeño.

-¿Qué quieres, monstruito?- le pregunté.

-Estas chuches estás asquerosas, no las quiero.- dijo extendiéndome una bolsa.

Reconocí los caramelos de frutas caseros de la señora Williams. A nadie le gustaban, pero la señora era de las mejores personas del barrio.

También me vinieron recuerdos de cuando íbamos a pedir dulces por las calles. Fui un par de años con ____ y más amigos, nos acompaña su padre.

Hace 7 años atrás...

-Cuantos años tenéis, pequeños?- nos preguntó la señora Williams.

-Tenemos 9. No somos pequeños- le respondió un amigo.

-Claro que no- se burló la mujer. Nos dio caramelos y fuimos puerta por puerta diciendo la misma frase, "¿truco o trato?".

Ya unas horas después, todos se habían ido menos yo, que me quedé en casa de ____ esperando a que mis padres me viniesen a recojer como a los demás. Estabamos  en su salón, sentados en el piso entre el sofá y una mesita, viendo todo lo que habíamos conseguido.

-Mejor que no te comas ese.- me advirtió la niña cuando estaba a punta de meterme un caramelo a la boca.

-¿Por qué  no?-  pregunté yo.

-Porque estos caramamelos son los que hace la señora Williams todos los años y... saben a frutas con barro.- se excusó.

Yo, desobedeciendo, lamí el dulce y me di cuenta de que sí, sí sabían a frutas con barro. Hice una mueca asqueada mientras dejaba en caramelo en el envoltorio en el que venía.

-Te lo dije.-

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Buenaaaas.
Estoy intentando estar más activa escribiendo :)
Pd: muchísimas gracias por los votos y uno u otro comentario que dejan, se les agradece mucho. Y, a las personitas que solo leen, igualmente gracias por seguir esta historia.

Hasta el próximo capítulo, besitos en la frente <3

Nada es para siempre, excepto lo nuestro// Dashiell Robert Parr y ____ PaladinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora