Capítulo catorce

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____ PALADINO

Estaba amaneciendo y nosotros íbamos al acantilado de la ciudad a ver como el sol salía.

Teníamos ideas de bombero. Eso era lo mejor.

No habíamos dormido en toda la noche y Jack quiso ver el amanecer como en una de sus películas favoritas.

Subíamos por caminos de tierra para poder llegar a nuestro destino.

Obviamente, utilicé mis poderes, quitándonos un poco de gravedad, para hacer el camino más ligero.

-ESTOY CANSADA Y TENGO SUEÑO, ME VOY A MORIR AQUÍ.- se quejaba Kate por milésima vez. -¿TÚ NO PODRÍAS HACER UN PORTAL HASTA ALLÍ?-

-POR QUINTA VEZ, KATE, NO PUEDO PORQUE SI HAY ALGUIEN ALLÍ NOS PODRÍA PILLAR, ¿ENTIENDES?- me defendí.

-Ya estamos.- dijo Jack llegando a una parte bastante plana.

Claramente, con todo lo que habíamos tardado, ya el sol había salido, aunque no del todo.

Tirados en la hierba, había una pareja que era mejor dejar sola, así que nos fuimos lo más lejos posible de ellos, que acabaron por percatarse de que estábamos allí. Los dos chicos se separaron un poco nerviosos.

Vimos cómo acabó de amanecer, sacándonos fotos con la cámara instantánea de Kate.

Ya siendo más de las 8 decidimos ir a una cafetería a desayunar algo.

Las quejas de Kate seguían por el camino, cómo se nota que  no le gusta el deporte. A mi tampoco es que me agrade demasiado, pero tengo que hacerlo, pues tengo entrenamientos todos los sábados mañana y tarde. No puedo perder agilidad, fuerza ni técnica, podría pasar cualquier cosa.

Llegamos a nuestra cafetería favorita de toda la ciudad, la misma a la que vine con Dash más de dos semanas atrás.

En vez de un batido, como siempre, los tres nos pedimos un café bien cargado por el sueño de no haber dormido en toda la magnífica noche de maratón de películas de terror.

Estábamos hablando sobre de qué color seríamos en la saga de películas la cual esperábamos la última. Trata sobre un niño que tiene que ir a un colegio enorme como un castillo, donde separan a los alumnos por los colores rojo, azul, amarillo y verde según su personalidad.  

-Kate es obviamente rojo-

-¡¿Como quieres que sea rojo?! ¡Ella es verde hasta la médula!- le decía a Jack casi a gritos. Discusiones así eran normales entre nosotros.

Estando en plena discusión se escuchó un grito. Todos giramos  ver de donde venía, cayendo nuestra mirada en el mostrador, en donde se veía a una camarera con las manos en alto con una mujer al otro lado apuntándola con lo que parecía un pistola.

-Dame el dinero de la caja y no te pasará nada, cielo- dijo la atracadora con voz serena y firme.

La trabajadora parecía aterrada, estaba inmóvil y lloraba intentando reprimir los sollozos.

-Si no me lo das por las buenas...- de repente la mujer se giró hacia nuestra dirección y, de un movimiénto rápido, me tenía agarrada del cuello con su antebrazo, obligándome a levantarme, con la pistola apuntando a mi cabeza.


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-Deja el capítulo y c va lentamente después de más de un mes sin actualizar-

Nada es para siempre, excepto lo nuestro// Dashiell Robert Parr y ____ PaladinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora