«¿Si fuera un chico tu me amarías?» || [Shinomitsu]

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Mitsuri se había despertado por la ausencia de la calidez de la contraria, cuando pudo aclarar su vista, Shinobu no estaba, volteó a ver a todos los lados, presenciando que faltaban sus cosas.

Rápidamente, se levantó y vistió con el uniforme para salir de la posada e ir a buscarla.

Me levante porque había escuchado ruidos, pensé que provenian de Mitsuri, pero estaba equivocada. Aquellos sonidos venían de la otra habitación, intrigada ante aquello, tome mi katana, lista para pelear si era necesario.

La azabache se dirigió hacia el lugar de procedencia de aquel ruido y lo que vio la dejó atónita ¡Era un demonio! ¡El que buscaban! Este sostenía a un niño, al parecer no tenía heridas ni nada, de seguro pensaba llevárselo para comérselo en otro lado.

Con cuidado sacó su arma, sin embargo, fu suficiente como para que el demonio se diera cuenta que alguien más estaba ahí, por ende huyó por la ventana.

— ¡Mierda! 

Shinobu tuvo que seguirlo, regañandose por aquel error, no lo dejaría escapar otra vez.

Había encontrado pisadas que me dirigieron hacía el bosque, no pasó mucho tiempo hasta que la encontré.

— ¡Shinobu! ¡Que bueno que es....

Ella se abalanzó contra mí, mientras me tapaba la boca, el sudor cubría su rostro y parecía estar asustada. ¿Qué paso?

—Haz silencio.... — susurro la azabache, mirando para atrás con cierta duda y precaución. ¿Por qué hizo eso?

Por un momento me embobe viendo su rostro, era muy linda, su cabello negro como el carbón y las puntas morados asemejandose a las glicinias, sin duda alguna, es una vista encantadora.

Rápidamente me puse nerviosa por lo que pensaba, también por la pose comprometedora en la que estábamos, mis mejillas enrojecieron y ardieron en vergüenza, mi pobre corazón latía como loco, en cualquier momento se me saldría del pecho.

Eso no solo le pasaba a la pelirosa, también a Shinobu, pero ambas debían de controlarse y mantener la calma, el demonio podría darse cuenta de su presencia y toda la misión se iría a la mierda.